CFK, el Ingreso Básico Universal, los movimientos sociales y los votos que perdió el Frente de Todos

Marchando el Día de la Militancia hacia Plaza de Mayo, 2021.

En el acto de Avellaneda, tras un discurso que tuvo como centro a la fuga de divisas, el endeudamiento y la concentración monopólica como causas del vaciamiento del BCRA y la inflación, CFK abrió una fuerte polémica sobre la asistencia social del Estado. Allí cuestionó a las organizaciones barriales por lo que llamó “tercerización” de los planes, proponiendo en su reemplazo un Ingreso Básico Universal (IBU). La repercusión mediática del discurso terminó siendo esta segunda parte. La polémica tuvo una mención casi explícita al Movimiento Evita alineada con Alberto Fernández, pero el término “tercerización” motivó el rechazo generalizado de las organizaciones sociales y piqueteras. En mayor o menor medida, todas las organizaciones son parte de un movimiento surgido en 1997 como consecuencia de la privatización de YPF en Cutral-Có durante el menemismo. Un movimiento que tiene como base la lucha frente a la pobreza estructural que llega al 37,3% de la población de la Argentina.

Para proponer el Ingreso Básico Universal, CFK no tenía por qué atacar al movimiento de organizaciones sociales y piquetero e incluso acusarlo de explotar a las mujeres. Además, la mayoría de las organizaciones luego apoyaron la iniciativa de un Ingreso Básico Universal, a diferencia del presidente Alberto Fernández y la nueva ministra de Economía.

Es que implementar un Ingreso Básico Universal alcanzaría a 7 millones de personas, en lugar de 1, 2 millones como el Potenciar Trabajo; y aunque el monto pasase de 22 mil a 13 mil pesos, que es el equivalente a una canasta alimentaria, la erogación total sería mucho mayor y por lo tanto antagónico al programa acordado con el FMI.

El sentido político de la iniciativa de CFK con el IBU es llegar a 7 millones de personas que viven como una injusticia ser tan pobres como muchas familias que cobran quizás más de un Potenciar Trabajo, y no han recibido nada de ayuda social, salvo quizás los IFE’s. Esta bronca dentro de los pobres es una de las razones detectadas, junto con la inflación, de la pérdida de casi 4 millones de votos por parte del Frente de Todos en las últimas elecciones.

El IBU tiene un fundamento alimentario: asegurar que los más pobres, así sean trabajadores no registrados, monotributistas A, o empleadas domésticas registradas, lo reciban para tener garantizada su alimentación. Y al ser universal, quedaría consagrado como un nuevo derecho en la República Argentina, como la AUH orientada a la infancia o las pensiones no contributivas, graciables, etc.

CFK con su propuesta intenta sacar del plano del “trabajo” a los planes, porque también está detectada la irritación entre los trabajadores, particularmente los de menores ingresos que –como peones en la construcción, la gastronomía o el comercio no registrado– se levantan todos los días para ir a trabajar y cobran 45 mil pesos. En realidad, muchos de los que cobran Potenciar también trabajan, no están registrados y complementan con el plan sus bajos salarios, por ejemplo en el trabajo doméstico por hora y la costura de ropa.

El Movimiento Evita y el MTE de Juan Grabois (este último alineado con CFK), que son dos de las principales organizaciones de la UTEP, sostienen que el eje del movimiento es la Economía Popular. Plantean que ante la imposibilidad del pleno empleo, los excluidos del sistema laboral, crearon su propia ocupación; y que el desarrollo del movimiento tiene este eje productivo o de organización de la autoocupación. Sostienen que esta economía social ya es parte de la economía del país, de una nueva economía en contraposición a la de los monopolios y del mercado capitalista. A nuestro entender, en esto es en definitiva un movimiento de cooperativas, con el alcance y los límites que tienen. Un nuevo cooperativismo de sectores golpeados por la pobreza estructural que hace 30 años no existía y para el que el Estado ahora incluso creó la categoría de monotributista social.

El objeto del Potenciar Trabajo se planteó que era apuntalar este proceso con eje en la construcción, pero la pandemia lo deformó transformándolo en una suerte de IFE mensual, solo para 1 millón de personas. Cabe aclarar que aproximadamente la mitad de las altas de los Potenciar Trabajo pasaron por las organizaciones sociales y piqueteras, concentrado principalmente en cuatro de la UTEP y en menor medida dos de la Unidad Piquetera. Pero la otra mitad ya la controlan intendentes y gobernadores, que es el otro sentido político por lo que CFK salió a cuestionar a los movimientos: el entramado en el conurbano con los intendentes de cara al 2023. El macrismo en el gobierno usó las partidas de asistencia social con el fin de mantener dividido al peronismo. En 2017 logró ganarle a CFK por 2% la elección de la Provincia de Buenos Aires en la que Alberto Fernández y el Movimiento Evita fueron por afuera y sacaron 4%. Después, cuando comenzó el proceso de unidad hacia lo que sería luego el Frente de Todxs, el macrismo determinó que la contraprestación de los programas sería educativa y no cooperativa.

Nuestro trabajo desde Liberación Popular en los barrios apunta a organizar cuadrillas de trabajo comunitario, barrido y limpieza, comedores, apoyo escolar como contraprestación de los Potenciar Trabajo. También en algunas obras de refacción en comedores y salones comunitarios. Durante la pandemia las carpas sanitarias, los comedores y luego la participación de las cuadrillas en la campaña de vacunación fueron importantes y reconocidos socialmente, en contraposición a la propaganda de “planeros”. También con la cooperativa textil de nuestro movimiento hicimos 90 mil barbijos del modelo diseñado por Conicet y UNSAM bajo contrato. Pero hay una diversidad de líneas entre los movimientos.

Nuestro enfoque apunta a tomar la lucha por la asistencia social y el trabajo como parte de una línea de masas en los barrios. Ponemos el centro para ello en la acción comunitaria y secundariamente en la actividad cooperativismo, como ha sido el caso de los barbijos o guardapolvos confeccionados bajo contrato con el Gobierno de la Ciudad en el pasado. La universalización de un ingreso no va a hacer desaparecer al movimiento piquetero. Por el contrario, sería una conquista alcanzada por un movimiento que es la viva evidencia de la pauperización a la que va llevando el sistema capitalista imperialista al mundo. Porque por sobre todo, nosotros presidimos toda esta acción por una lucha política que apunta a cambiar de fondo las causas que generan la pobreza y la desocupación. Y esto lo hemos podido desplegar y llevar adelante a partir de la constitución de Liberación Popular como organización política de frente único; y de la lucha por terminar con el gobierno de Macri y ahora para que no triunfe el golpe devaluador, enfrentar el ajuste del FMI y que no vuelvan.