“Cuando la necesidad cae, no sólo pienso en mí”

El merendero “Los Angelitos del Bajo” funciona en el Bajo Flores de la CABA. Rosmery, integrante de Liberación Popular, es una de esas compañeras que sostienen incansablemente. Prensa Al Frente conversó con ella.

–¿Desde cuándo funciona el merendero?

–Hace siete años que tenemos acá. El merendero lo hemos manejado los compañeros con programa. Lo hemos sustentado aunque lo que nos llega desde la organización casi no nos abastece para dar todos los días. Así que nosotros damos lunes, miércoles y viernes. Algunos grupos van a las 2hs, otros a las 3, y a las 16:30hs ya se reparte el merendero. Estamos sosteniendo con apoyo de los compañeros o vecinos que retiran del merendero.

–¿Qué ofrece el merendero?

–A veces, cuando nos llega del galpón (de Liberación Popular): galletitas dulces o saladas. Damos arroz con leche o chocolatada, mate cocido. Cuando tenemos harina y aceite, hacemos buñuelos, siempre una vez a la semana.

–¿Cuántas personas reciben merienda?

–Cada familia, le preguntamos cuántos son, nos dicen 4 o 5 o hasta 10 personas. Y hacemos una olla de más o menos unos 25 litros de leche. Los que vienen no son solamente de la organización, sino quién se acerca, se pasa y viene a retirar la merienda. Antes se anotaba a quienes se daba. Pero prácticamente con esta situación que se está viniendo ya no anotamos. Damos a los que vienen y hasta donde alcance, bueno… Vendrán unas 20 familias, cerca de cien personas.

–¿Quiénes lo sostienen?

–Así arrancamos, dando colaboración al merendero con los compañeros con programa, dando un aporte del 3%. Más que todo para sostener y mantener el merendero. Que hace falta gas, azúcar y lo que haga falta comprar. Últimamente varios dejaron. Pero estamos ahí manteniendo con unas 60 personas que colaboran con el sostenimiento. Antes éramos más. Pero como dice el gobierno que ya no es obligatorio (realizar una tarea para recibir el programa). Aunque hay compañeros que cuando le preguntas “¿qué hacés por la prestación que te dan?” Responden: “Hacemos el merendero”. Y bueno, eso es la forma de hacer contraprestación por el programa que te dan. Hay quienes lo entienden y hay otros que no, que ya no es obligado y no participan.

–¿Cómo está la situación económica en el barrio?

–Se nota que hay mucha necesidad aquí en el barrio. Y están acercándose a hacerse anotar en el merendero. Incluso, como nosotros somos de ir a las marchas y todo, y les invitamos: “mirá si ustedes quieren participar”. Obviamente cada mensaje tiene su propósito, para ir, que lo lean a qué propósito estamos saliendo a la calle. Y si les interesa puede ir con nosotros. (…) Hay gente que va de esa forma. No hay obligación.

–Toda la dedicación que ponés, ¿por qué lo hacés?

–Yo, porque ya es una costumbre que tengo de que todos los vecinos se lleven la merienda. Porque hay gente que realmente lo necesita. Empezando por mí. Yo soy una parte que también se lleva. Yo tengo a mis hijos pequeños y cuando la necesidad cae, no sólo pienso en mí, pienso en los demás. Hay gente que ya come sólo una vez al día y se retira la merienda y está con eso todo el día. Hay gente que está con mate cocido y galletitas. Nada más. Porque la carne y las demás cosas no se puede comprar más. No está para hacerse un asado. El pollo no se puede comprar. Y aparte, yo mi forma de ver, me gustó la organización. Cómo nos manejamos. (…) Yo sigo en la organización porque ya la mitad de mis años hace que vivo acá. Soy extranjera y, tantos años, quiero el bien del país. (…) Lo importante es no dejar a la gente que nos sigue en la lucha. En la lucha, nos necesitamos. Seguir así unidos.