¿Cuánto es la pobreza?

El INDEC difundió los datos de la Encuesta Permanente de Hogares correspondiente al primer semestre de 2017. Según el informe, viven el la pobreza el 28,6% (7.838.005 personas de las 27.451.977 que habitan en los 31 aglomerados urbanos medidos). Y en la indigencia el 6,2% (1.704.883 personas). Si se proyectan esos porcentajes a la población total, más de 11,3 millones de personas permanecen en la pobreza, y dentro de ellos más de 2,4 millones de personas se encuentran en la indigencia. Otro dato destacado es que el 42,5% de los menores (hasta 14 años) viven en la pobreza.

En la medición anterior del INDEC (segundo semestre de 2016), el porcentaje de personas pobres era de 30,3%, representando el nuevo informe supuestamente una baja del 1,7%. Una parte del descenso total del porcentaje de pobreza se debe a las cifras del Gran Córdoba, que bajó del 40% al 30% según el INDEC. Este dato fue cuestionada incluso por el propio gobernador corbobés Schiaretti, despertando de hecho dudas sobre la estimación nacional del INDEC debido al importante peso relativo de la ciudad de Córdoba.

La CABA es uno de los lugares donde el INDEC admite que subió la pobreza, de 9,5% a 13,4% en el mismo período. Otras regiones donde aumentó la pobreza son: Santiago-La Banda de 44% a 45,4%. Corrientes del 39,5% al 40%. Gran Resistencia de 34,5% a 34,7%. Gran Paraná de 24,2% a 24,4%. Comodoro Rivadavia de 15,7% a 17,7%. Ushuaia-Río Grande: de 9,7% a 10,8%.

Por su parte, la indigencia aumentó del 6,1% en 2016 al 6,2% ahora. Esto evidencia que, aún según el INDEC, aumentó la desigualdad.

Más allá de las dudas sobre los nuevos datos del INDEC, el informe tiene que ver con los esfuerzos del gobierno por contener la situación económica en el escenario electoral. Reactivando la obra pública y entregando fondos para “tranquilizar” momentáneamente los bolsillos más golpeados. Hasta el 30 de agosto, ANSES había entregado créditos por más de 10.000 millones de pesos a 719.733 titulares de AUH y pensiones no contributivas, amortiguando la pérdida de poder adquisitivo con endeudamiento personal. Pero el costo financiero de estos préstamos supera la inflación proyectada por el oficialismo, de manera que la devolución del préstamo implicaría una transferencia de recursos de los beneficiarios de AUH al Tesoro Nacional. Van postergando, en lo que pueden, los ajustazos y las reformas más gruesas para después de las elecciones. Y siguen inflando la deuda externa y las Lebacs.