El domingo a la noche –con el sistema caído de la empresa Smart Matic encargada del conteo provisorio y denunciada por la oposición–, el gobierno mandó a la ciudadanía a dormir sin mostrar los resultados, lejos de registrar la dura derrota electoral donde el Frente de Todos triunfó de manera contundente. Ayer lunes, se produjo una brutal devaluación: el dólar trepó de $45 inicial a un techo de $62 para luego cerrar en $57, con caída de las acciones de la empresas argentinas, la bolsa y el riesgo país a 1445. El gobierno no tomó ninguna medida en casi toda la mañana hasta que al medio día el Banco Central decidió elevar las tasas al 75%, más de 10 puntos. De esta manera se instalaba un clima de incertidumbre y la devaluación se traslada a los precios, licuando los salarios.
Por la tarde, se realizó la conferencia de prensa de Mauricio Macri junto con Miguel Pichetto. Una conferencia de prensa pensada en “modo campaña electoral”, con el candidato a vice al lado, atribuyendo la brutal devaluación y la corrida de los mercados en el triunfo del Frente de Todos. “Y esto es solo una muestra de lo que puede pasar…” sentenció Macri. Así, cínicamente, el presidente no solo no se hizo cargo de los resultados del domingo, sino que buscó aprovechar el “lunes negro” para lanzar una campaña del miedo de “las consecuencias que pueden ocurrir si gana Fernández-Fernández en octubre”.
A esta altura, la gravedad radica que con la mega devaluación se han acelerado los tiempos para terminar en una híper inflación, como ya conocimos en otros tiempos en nuestro país, donde el pueblo sufre las consecuencias nefastas. Ya se están remarcando entre un 20% y 40% los productos básicos de la canasta y servicios. Otros bienes importados se remarcan en 50% para arriba. El gobierno entró en una espiral donde lejos de analizar y registrar el fracaso de su política que destruyó al país en menos de cuatro años, nos ancló al FMI y por eso fue duramente castigado con una diferencia de 15%, redobla la apuesta y lleva al país a un callejón sin salida cuando todavía faltan tres meses para las elecciones.
Ahora resta estar alerta y movilizados para impedir que el pueblo pague las consecuencias y se respete la voluntad popular que fue clara y contundente el domingo 11. El pueblo no va soportar nuevas mentiras con las que se viene manteniendo el gobierno. El gobierno agita el miedo y llena la transición a octubre de inestabilidad económica y política para tratar de perpetuarse. No vamos a permitir que se pretenda arrebatar o condicionar la voluntad popular.
CR en el MP Liberación
