Deuda: Último tramo de una negociación con buitres y vampiros

Uno de los principales fondos buitres.

El viernes 12 de junio era el plazo de presentación de oferta. Pero el gobierno promovió una nueva extensión de la negociación que fue aprobada por la Securities and Exchange Comission (SEC, el ente regulador financiero de EEUU). Ahora el plazo de ofertas es el viernes 19 y el 22 se sabrá el resultado. El martes 16 es el fin de la confidencialidad, y así probablemente nos enteraremos oficialmente por donde va esta renegociación de bonos de la deuda por 66.700 millones de dólares y otro tanto de intereses. 

El 8 de mayo los bonistas de los grandes fondos de inversión rechazaron la propuesta del gobierno argentino de quita del 63% en el monto de intereses, 5% en el capital y moratoria por 3 años. La propuesta tuvo solo un 15 por ciento de aceptación y se necesita el acuerdo del 75 por ciento en los bonos que vienen del canje de 2005 y del 60 por ciento en los títulos emitidos a partir de 2016.

Ahora la propuesta rondará una quita del  50% en los intereses, lo promovido por el FMI (el otro acreedor chupasangre), un cupón atado al crecimiento de las exportaciones y muy poca o ninguna quita en el capital: similares reglas a las que el FMI apunta a aplicar en su propia deuda. En cuanto a la moratoria inicial de tres años, no es público pero ya se habla de un pago gestual previo en 2021. Es una propuesta que no libra al país de la usura, sino que esencialmente patea la deuda para adelante. Es decir: de esta negociación con buitres y vampiros, el ministro Martín Guzmán viene para salir medianamente contento con un ojo y la mitad de la sangre, y con eso huir hacia adelante evitando el estrangulamiento económico de un default inmediato y el contragolpe reaccionario que probablemente eso desataría. 

Desde el punto de vista popular, negociar desde el eje de la “insostenibilidad” es justo en términos estrictamente tácticos, relativo a  la situación concreta, no es para festejar.  Se negocia la rebaja de intereses de una deuda igualmente insostenible, pero diferida. La novedosas renegociación con dos o tres años de moratoria promovida desde el propio FMI evidencia lo precario de la situación. Desde ya hay sectores también con peso dentro del Frente de Todos dispuestos a forcejear mientras jamás se llegue a la posibilidad de default. Ni que hablar en la oposición de Cambiemos. De todas maneras habrá que esperar una semana para ver el resultado definitivo, o una nueva postergación.

La solución de fondo a la usura imperialista exige medidas revolucionarias, no solo en el plano de la deuda. Pero para eso hay que acumular fuerzas. Justamente por eso es necesaria una táctica. De eso se trata para nosotros y otras fuerzas del Frente de Todos. 

La crisis mundial y las deudas soberanas

Novedosamente el FMI acepta y promueve para sí mismo, y también para los bonistas privados, moratorias y quitas del 50% en los intereses de la deuda. Es un FMI que, avecinándose la peor crisis de la historia del capitalismo, metió el 60% de su cartera en un solo país llamado Argentina, que ya en 2006 llevaba ocho defaults contabilizados en su historia! Y así, gracias al FMI y el gobierno de Macri, llegamos al noveno default en agosto de 2019.

Como venimos analizando, atrás del FMI está el G20 y particularmente el G8, presionaron a los bonistas para llegar a un acuerdo aunque incluya una moratoria y quita en los intereses. El G8 son  los países que controlan el FMI; y temen la generalización de defaults soberanos y, esencialmente, a perder la hegemonía de un sistema financiero que hoy está en manos de EEUU y Europa. Hegemonía que ahora China podría empezar a poner en duda, aprovechando la crisis y su bajo nivel de endeudamiento. Este es el cuadro crisis, de “fin de ciclo” en el crecimiento del sistema capitalista imperialista mundial. Esto venía expresándose como tensiones entre EEUU y China, los dos principales socios y motores en todo este periodo que arrancó en los ´90. Pero ahora es una crisis abierta. La pandemia precipitó y agrava la crisis con caídas en la producción y endeudamientos soberanos inéditos.

Acumular fuerzas revolucionarias con la lucha popular

El G8 y el FMI buscan «sostener» la hegemonía del sistema financiero. Y en Argentina, del otro lado de la negociación, el gobierno busca ser “sostenible” políticamente. En definitiva es la correlación de fuerza entre pueblo y reacción lo que determina la «sustentabilidad» de los pagos de deuda. Llegado el momento de volver a pagar, veremos cuán sostenible estarán las cosas. Trabajamos para acumular fuerzas a través de la lucha popular, para que llegado el momento sea completamente «insostenible» la usura imperialista. No hay otro camino. 

Y para eso hay que avanzar como con Vicentín, acumulando más fuerzas y avanzar también estatizando los servicios públicos, el control estatal de todo el sistema bancario, avanzar hacia una  junta nacional de granos y carnes, etc. Pero nada de esto será sin la lucha pueblo y en esto también se verá el desarrollo y las líneas dentro del peronismo y del Frente de Todos. También veremos cómo se reagrupa la reacción, con un Cambiemos golpeado por la derrota electoral, dividido frente a la cuarentena y el espionaje de Macri, pero que quizás encuentre en el enfrentamiento a la expropiación de Vicentín un buen motivo para aglutinarse. Lo que será a la vez posiblemente, una nueva oportunidad de las fuerzas populares para derrotarlos. Y así vamos, palo y palo…