Con el triunfo del Sutna se desató la lucha salarial

Mientras con el plan Massa se estabilizan las superganancias de los monopolios y siguen las remarcaciones, la lucha obrera y popular marca el camino para enfrentar a la reacción.

Los trabajadores del Neumático organizados en el Sutna.

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Con el triunfo de los trabajadores del neumático se abrió un nuevo momento político, que marca el camino para enfrentar a la reacción en medio de una difícil situación para las fuerzas populares. El descontento por la inflación viene desinflando al gobierno, pero el crecimiento de la lucha obrera y popular preocupa a la reacción de Cambiemos que pretende triunfar en 2023 para descuartizar a los sindicatos, los piqueteros, al movimiento estudiantil y de los pueblos originarios: para reestructurar el país aún más en favor de los monopolios y los terratenientes.

El desenlace del conflicto del Neumático dejó expuesta la crisis dentro del peronismo y el gobierno. Los gordos de la CGT alineados con Massa, agrandados por el nuevo triunfo de Armando Cavalieri en Comercio, se reunieron con el presidente Alberto Fernández con asado en Olivos alentando el aislamiento del Sutna. Mientras, el ministro Massa anunciaba habilitar la importación de neumáticos extorsionando contra los obreros. La importación era un blef impracticable logística y económicamente, pero los medios en cadena apuntaban contra los trabajadores. Pero no lograron quebrar el conflicto obrero, que ya llevaba seis meses, y la industria automotriz comenzaba a paralizarse. En realidad, esta parálisis fue responsabilidad de la política dilatoria hacia este conflicto del propio gobierno, que creyó que iba a parar la inflación planchando los salarios mientras otorgaba concesiones a los monopolios devaluadores como el dólar soja. Y mientras los monopolios de la industria alimenticia, al ritmo de la remarcación lograda por los sojeros de $140 a $200, mantuvieron el ritmo de sus precios en los almacenes y góndolas.

Para el triunfo del Neumático jugó un papel Pablo Moyano, que apoyó el conflicto y luego –tras el amague de irse de la CGT– en la reunión con Alberto Fernández le reclamó el bono, la resolución del conflicto del Neumático a favor de trabajadores y un control de precios.

Alberto se mandó otras de sus frases y dijo que los empresarios le habían mentido lo que en realidad pedían los trabajadores. Tras seis meses, a las 4 de la mañana, tras hacer corregir en el acta que faltaban 60 pesos –como publicó indignado el diario La Nación–, triunfó la lucha del Neumático. Impusieron un 66% para la paritaria 2021-2022 (2% por encima de la inflación de ese período) y otro 63% para los primeros ocho meses de la paritaria 2022-2023. A esto se le suman cláusulas gatillo, enganchadas automáticamente con el IPC, hasta completar el año paritario; y otro 10% más. Con lo que los salarios terminarán ganándole un 12% a la inflación. Esto y además dos bonos para cada trabajador (ver nota en página 5). Un día después, tras el 95% de la Bancaria, Pablo Moyano anunció que iría por más el 131%. Estatales (ATE y UPCN) lograron el adelantamiento a noviembre del 10% previsto para marzo de 2023.

Macri, las PASO y la crisis de Cambiemos

Macri ya anunció que puede ir él como candidato y con Pichetto desafían al mano a mano con CFK. Larreta y Acuña hacen campaña mientras enfrentan a docentes, padres, madres y estudiantes, con la novedad de los aprietes policiales a domicilio. Bullrich encabezó la marcha de propietarios de Mascardi en plan de “justicia” por mano propia, aprovechando una ocupación mapuche de escasa masividad; y le puso agenda a Aníbal Fernández, que reprimió y desalojó. Acumuló Bullrich.

La conflictividad social y la posibilidad de que Milei apoye la eliminación de las PASO promovida por los gobernadores oficialistas, y otros como Schiaretti, agrava la interna entre Macri, Larreta y Bullrich y sus socios radicales y de la Coalición Cívica. Pero Alberto Fernández, en su debilidad junto a las fuerzas que aún lo acompañan, las necesita para figurar en las listas. A los de Cambiemos también los pone al borde de la ruptura la posibilidad de que Macri decida presentarse. Macri pudo demostrar que los votos cordobeses son más de él que de Schiaretti. Y quizás más de fondo esté esperando para decidir, aun con Bolsonaro perdiendo, el resultado que obtenga Donald Trump el 2 de noviembre en EEUU.

Elecciones en Brasil y EEUU

El 2 de noviembre, el presidente estadounidense Joe Biden se juega el respaldo a su política en una interna con Trump, donde la guerra de Ucrania contra Rusia, en la que ya participa directamente EEUU con hombres, armas y voladura de gasoductos, inocultablemente estará en juego. EEUU es el imperialismo más agresivo mundialmente en este momento y está precipitando la guerra. Trump y Henry Kissinger expresan claramente otra línea: la de negociar con Rusia y enfilar directa y centralmente contra China para defender su hegemonía mundial. La interna de EEUU, alrededor de la guerra de Ucrania y la iniciativa de reemplazar el gas ruso en Europa por gas norteamericano, de África y hasta de Argentina, se coló en la lucha política de los países de todo el mundo. Por lo que, para todos, el 2 de noviembre también tendrá consecuencias. Ahí se verá si el embajador Marc Stanley llena el álbum con la de Messi, o del sobre esta vez le trae la figurita de Trump.

Lula, bien tirado al centro, llegó al 48,4% y va a una segunda vuelta en la que es casi seguro gana. De todas maneras, Bolsonaro, en base a bajar la inflación y la bandera de la seguridad, llegó a 43,2% y ganó San Pablo por 47%.

Un resultado agridulce para el PT y para los que confiaban que por ese camino se va a derrotar a la reacción fascistizante alimentada en cada país por Trump.

La precariedad del plan y la perspectiva del gobierno

El Cuervo Larroque, como vocero autorizado de CFK, le apuntó al ministro de Trabajo Claudio Moroni por el conflicto del Sutna: “(Al conflicto) se llega por una impericia del área pertinente, que es el Ministerio de Trabajo”; y agregó: “Los trabajadores no pueden ser el enemigo”. Esperemos que también se considere un paso en falso la visita de Hugo Yaski y Roberto Baradel a la Embajada de EEUU para sacarse una foto con el embajador Marc Stanley. Y al día siguiente de Pablo Moyano como parte del triunvirato de la CGT. La CTA-A rechazó el ofrecimiento.

Larroque también planteó que “la tarea del militante es generar las condiciones para que Cristina pueda ser candidata y después ella pueda decidir”. La propia CFK ya ha aclarado que ya fue dos veces presidenta y ahora vicepresidenta. Desde Liberación Popular y el Comunismo Revolucionario venimos participando de las plazas por CFK en repudio del complot, el atentado y contra el juicio proscriptivo. Que se trató de un complot y no de un loquito suelto, lo prueban los abogados ligados al PRO y a algún sector de Estados Unidos para contener a Carrizo: el jefe de los copitos, el dueño del galpón, de la máquina hacer copitos y de la otra pistola del plan, la que no llegó a usar Sabag Montiel.

A la calle por salario, jubilaciones y aumento del SMVM y alimentos para los comedores

Luchar, ser derrotados, volver a luchar, así hasta la victoria. Esta es la lógica de los pueblos. El frente popular es una necesidad de las masas para la lucha, empezando por la lucha política. No es en sí mismo la fuente de salvación, ni sus dirigentes. Lo determinante son las masas y su lucha. Depende de hasta dónde llega la lucha de masas en cada pechazo, hasta donde llegan los gobiernos populares y hasta donde logra llegar la reacción cuando contrataca. La Revolución del Parque, el Grito de Alcorta, el 17 de Octubre, el Cordobazo, la lucha antidictatorial y el Argentinazo, con cada pechada desde el pueblo argentino avanzamos. Con cada uno encontramos un límite a superar. La práctica es también lo principal en el proceso de conocimiento de las masas. Pero ese proceso también exige, como necesidad, el desarrollo de una fuerza propia revolucionaria, de un partido marxista-leninista-maoísta como el CR y una fuerza política de frente único como Liberación Popular que avancen en la disputa de la dirección del proceso de masas.

Hay que llegar al 2023 con el pueblo en las calles, para intentar un nuevo pechazo obrero y popular; o para resistir y reagrupar si se nos impone una derrota política en manos de Cambiemos. Ya los enfrentamos y derrotamos una vez. Lo determinante es hasta donde llegan las masas. Para ese objetivo, lo que se impone hoy es salir a la calle por salario, jubilaciones y aumento del SMVM y alimentos para los comedores. Es el camino hoy para enfrentar a la reacción y los monopolios que representan.