Editorial | Cumpliendo con el FMI crecen la pobreza y la bronca

Defender los salarios frente a la inflación y los puestos de trabajo. No al recorte de la moratoria previsional y los programas sociales. Enfrentar al narcotráfico y la connivencia política, policial y judicial. Basta de inseguridad. Unir las fuerzas populares por otro rumbo de gobierno y frente al plan devaluador y represivo de Cambiemos y Milei.

12 de abril. La movilización de CTA Autónoma rechazando el rumbo que se impuso desde el acuerdo con el FMI reunió un arco político que incluyó a UP, MTE, Darío Santillán, Liberación Popular, Partido Piquetero, CCC, Movimiento Evita y otras fuerzas.

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Volvió a crecer la pobreza y el Indec ya señala que un 39% de los habitantes y un 29% de los hogares de la Argentina son pobres. Inclusive, muchos hogares de trabajadores registrados aun así son pobres, porque el crecimiento económico de estos últimos dos años fue apalancado en los bajos salarios que impusieron los monopolios. El 20% de pérdida salarial registrado durante el gobierno de Macri, no pudo recuperarse en estos tres años.

Los salarios registrados en definitiva corrieron con la inflación, y los no registrados y cuentapropistas siguieron perdiendo. El crecimiento pos pandemia está llegando a su fin, como lo muestra la caída de la recaudación de 9,5% en febrero y 7,2% en marzo, lo reconoce el gobierno y cínicamente lo advierte el FMI. Ahora, siguiendo las imposiciones del Fondo, se recortó el alcance de la moratoria previsional, se subirán las tarifas a comercios y se discute recortar los programas de asistencia social. La inflación de marzo, que se anunciará en estos días, rondará el 7,5% acentuando la tendencia de los últimos cuatro meses. Todo esto acentuado por el inicio de una gran crisis de la economía mundial.

El control privado de los puertos, el comercio exterior y financiero les permite a los monopolios sub y sobre facturar, retirar ganancias, fugar y contrabandear. Así dejaron al Banco Central sin dólares y desde mediados del año pasado, y bajo esas condiciones se fue haciendo imposible sostener la importación de los insumos industriales que demanda la producción. O se ataca estas cuestiones de fondo en favor de la producción nacional y los trabajadores –abandonando las metas y condiciones del Fondo–, o además de inflación vendrán suspensiones y despidos. Porque además ahora la sequía impone una merma de 15 mil millones de dólares en las exportaciones agrícolas.

Con más pobreza y más falta de perspectiva, habrá más caldo de cultivo para el consumo de drogas, el narco y el delito. Si una mitad de la población no llega a fin de mes, la otra mitad tampoco va a poder vivir bien, por más gendarmes que se desplieguen. La seguridad y la inflación son las principales preocupaciones de masas. Tras el asesinato del colectivero Pedro Barrientos y la golpiza a Berni, trascendieron y se multiplicaron cientos de movilizaciones populares legítimas exigiendo seguridad. La connivencia política, policial y judicial con el narcotráfico, no solo está en Rosario e impunemente va quedando expuesta a cielo abierto. Antes de la reacción por el crimen del colectivero en La Matanza, los vecinos de Los Pumitas en las afueras de Rosario, indignados por el asesinato de Máximo Jerez de 12 años, ya habían incendiado un bunker e intentado linchar al narco autor de ese crimen.

Huyendo hacia adelante cada vez más condicionados

Tras el golpe devaluador de mediados del año pasado, se fue acelerando la inflación junto a concesiones como el dólar soja y las tasas de interés pagadas a los bancos desde el Estado.

La línea económica del gobierno, que encarna Massa en cumplimiento del acuerdo con el FMI, hasta ahora ha podido huir hacia adelante evitando un brusco salto devaluatorio, como el que promueven Cambiemos y Milei, que dejaría a muchas industrias y comercios directamente en la lona. Pero al hacerlo con más concesiones a exportadores y bancos, como también exige el FMI, se sigue alimentando el problema. Por eso la inflación sube. A esto se suma ahora la sequía y la merma de exportaciones agrícolas. Habrá que ver si los créditos del BID y el Banco Mundial que ordenó Biden tras los compromisos de Alberto Fernández y Massa en sus recientes viajes a Washington alcanzan para llegar a diciembre sin un desboque inflacionario.

Estamos atravesando un punto de inflexión económica y político tanto nacional como internacional. Es el fin de un periodo político y económico de 30 años que llamaron “globalización”, y que estuvo caracterizado por la asociación de EEUU y China como motor del capitalismo a nivel mundial. A partir de la crisis de 2008, estas dos potencias fueron pasando de la asociación a la disputa por la hegemonía del sistema capitalista imperialista mundial y al enfrentamiento.

En términos generales e inmediatos, esta disputa no trae nada de bueno para los pueblos y naciones oprimidas como la Argentina. Por eso es justo impulsar hoy el no alineamiento y la independencia de este conflicto. Por el contrario, el préstamo irregular con el que Trump y Macri nos llevaron de vuelta al FMI, ahora lo operan Biden y la generala Richardson en persona para intentar contrarrestar la ofensiva expansiva en inversiones de China en nuestro país y toda Sudamérica.

China disputa con represas, central nuclear, aviones caza, base de observación en Neuquén, el proyecto de un puerto en Ushuaia, Cofco como principal monopolio agroexportador, swap financiero, 5G, e inversiones en Vaca Muerta y el litio. EEUU intenta consolidar y recuperar terreno en cada uno de estos planos; y el acuerdo con el FMI es su gran palanca de injerencia. La línea gubernamental imperante, más que de no alineamiento, pareciera ser de profundización “ecuánime” y dual de la dependencia, con amagues de desbalance a cargo de “nuestros” respectivos embajadores, Arguello en EEUU y Vaca Narvaja en China. Este juego, también es un factor en la agudización sin límites en la disputa política, judicial y mediática local. Bajo estas condiciones inestables, no parece haber muchas condiciones para “el consenso” dentro de las propias clases dominantes como hasta cierto punto ocurrió en los ´90 durante parte del menemismo.

La crisis ideológica

Toda la sanata que venimos escuchando durante los últimos 30 años, alrededor de que el capitalismo es el sistema inherente y superior de la especie humana, está entrando en contradicción con las condiciones de vida y la falta de perspectiva de las grandes masas: inestabilidad y precarización laboral, imposibilidad de acceso a la vivienda y aumento descontrolado de los alimentos. Peor aún cuando la perspectiva empieza a ser una nueva guerra mundial interimperialista que arrastre al mundo a grandes sufrimientos.

En este caldo de cultivo, una parte de las masas es permeable a “soluciones” simplistas como las de Milei y la dolarización, que supuestamente volvería a “ordenarnos” dentro del sistema. En la imaginación de esos sectores, alguien debería hacer funcionar bien el capitalismo en lugar de esta “casta de políticos chorros e inútiles”. Este ha sido el eje de Milei desde un principio en la TV, aunque como fuerza política se corporizó ocupando la vacante en el rechazo al aborto y a la vez expresando la negación o justificación del terrorismo de Estado, que grafica su alianza con el hijo del genocida Bussi en Tucumán y la diputada Victoria Villarruel. Otro sector en las masas aún sigue aferrado impotente y aspiracionalmente al verso meritocrático “antipopulista” de Juntos por el Cambio y su reforma antisindical: un camino que imaginan menos caótico que el de Milei. Aunque ahora pasó a ser abierto el enfrentamiento entre Larreta y Macri. Si llegasen a ganar Milei, Larreta o Bullrich, lo primero que atacarían sería el actual sistema previsional, subiendo la edad jubilatoria para bajar el déficit fiscal haciéndoselo pagar a los trabajadores y no a los monopolios. Milei y Bullrich encarnan en Argentina el camino que abrió Bolsonaro en Brasil apuntalado por Trump.

La crisis ideológica impacta también en la ilusión de grandes masas que votaron al Frente de Todxs creyendo que podía retrotraerse el proceso económico y político a las condiciones que ya empezaron a terminarse con la crisis del 2008 y hoy directamente se pulverizan.

Aunque parecía resuelto, de fondo se ha vuelto a poner en discusión el sistema capitalista imperialista. No decimos que la discusión sea fácil, ni que se vislumbre una salida. Las estrategias tibias y moderadas hasta parecen haber “pasado de moda”. Junto al desconcierto, crece una bronca que hay que salir a expresar con iniciativa para que protagonicen las masas y así disputarlas para una salida popular.

La crisis en el Frente de Todxs

Hay desconcierto en la corriente cristinista ante una supuesta fórmula Massa-De Pedro, que apuntaría a expresar un consenso básico entre sectores de clases dominantes incluyendo a Biden. El recurrente pedido a que vuelva a ser candidata ya aparece como un desacuerdo a esta propuesta. Y a nivel dirigente, también hay irritación: porque ese consenso no fue aceptado ni siquiera por el albertismo, que prioriza las PASO como método para incluir sus candidatos en las listas evitando así negociar con CFK. Es más clara e indiscutible la apuesta de Cristina a la reelección de Kicillof en la provincia de Buenos Aires. En el caso de CABA, el lanzamiento del acuerdo Santoro, Lammens, Neira y Peñafort, parece al menos esquivar una negociación con La Cámpora.

Pero, por otra parte, estamos un conjunto de fuerzas que nos mantenemos dentro del Frente de Todxs priorizando la necesidad de impedir un nuevo golpe devaluador, la vuelta de Cambiemos al gobierno y el avance de Milei. Fuerzas que rechazamos el acuerdo con el FMI y el rumbo económico del gobierno. Tanto Juan Grabois desde Patria Grande como Claudio Lozano desde Unidad Popular han lanzado sus precandidaturas para expresar esta posición y exigen que se abra las PASO del Frente de Todxs, para que se exprese esta línea. Estas fuerzas rechazamos la imposición tanto de una fórmula única, encabezada por Massa, como limitar las PASO a dos fórmulas encabezadas por Massa y Sciolli.

Al cierre de esta edición se llevaba a cabo la jornada nacional de lucha convocada por la CTA Autónoma y un conjunto de fuerzas que está culminando con un masivo acto frente al Ministerio de Economía, rechazando el rumbo que se impuso desde el acuerdo con el FMI y el golpe devaluador. Luchamos por otro rumbo, popular y liberador. Entre las fuerzas que se sumaron a esta convocatoria están: UP, MTE, Darío Santillán, Liberación Popular, Partido Piquetero, CCC, Movimiento Evita y otras.

La inflación del primer trimestre ha superado los acuerdos cortos en las paritarias de la mayoría de los gremios firmados en estos meses. Se impone salir en defensa del salario frente a la inflación, reabriendo y discutiendo en nuevo tramo. Defender la actualización inflacionaria de los presupuestos de salud y educación nacionales y provinciales. El aumento de los alimentos por sobre la inflación general vuelve a poner la lucha por alimentos a la orden del día en las barriadas. Enfrentar hoy los aprietes y el ajuste del FMI en las calles, es también confrontar los planes de ajuste y represión de Cambiemos y Milei. A quienes también enfrentaremos en agosto y octubre en las urnas.