Editorial | Enfrentar al gobierno de Milei, para defender a las y los trabajadores, al pueblo y la Nación

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Ganó Milei. La reacción festeja con cautela mientras él arma el gabinete para llevar adelante su anunciado plan de recortes en el gasto público, despidos, rebaja de impuestos y retenciones a los monopolios y privatizaciones. Esta semana viajó a EEUU con el financista macrista Luis Caputo en busca de más endeudamiento, ofreciendo las acciones de YPF y el Fondo de Sustentabilidad de ANSES como garantía.

Por lo pronto, aún con el dólar oficial a $360 y el dólar blue por debajo de los $1.000, los monopolios alimenticios que jaquearon durante cuatro años al gobierno del Frente de Todxs y fueron uno de los motores inflacionarios obteniendo siderales ganancias, se lanzaron a remarcar entre 40% y 140% sus productos, y prometen más en diciembre cuando asuma Milei. ¡Con Milei ganó la libertad de los monopolios para remarcar!

El ballotage

En el ballotage se jugaron dos polaridades: el rechazo al programa dolarizador, privatizador y de mercantilización de la educación, la salud, órganos y niños, la reivindicación de la dictadura, y a las formas desequilibradas que el propio Milei se esforzó luego por ir evitando; y otra polaridad: “continuidad o cambio”.

Massa logró llegar a la elección sin que la economía entrara en una recesión generalizada. Fue su logro frente a todas las predicciones. Las medidas de devolución del IVA, la eliminación de ganancias en los salarios y los bonos, ayudaron a sostener la contienda contra la reacción. También el señalamiento de los grandes grupos de “la economía concentrada” y el amague de sacarles los subsidios en el presupuesto. Luego el centro pasó a ser el “gobierno de unidad nacional” frente al programa de Milei.

El gran problema defensivo de la campaña fue la inflación. Aunque cuando Milei apostó a que el dólar blue se disparara, él fue quien quedó asociado a la hiperinflación. Nuestra ofensiva relativa, como graficó también el debate televisivo, estuvo en confrontar los intereses objetivos de las masas con las bestialidades programáticas que incluían el negacionismo de la dictadura por parte de Milei y los suyos.

Pero la angustia y el hartazgo de una parte de los trabajadores y sectores medios ante la creciente inflación que ha desvalorizado sus salarios y jubilaciones en los últimos seis años, elevando la pobreza del 30% al 40%, la inseguridad y algunas deficiencias en el sistema de educación pública que afecta a los más pobres, pesaron para volcar al “cambio” a un sector en disputa. Esto fue más acentuado entre los trabajadores precarizados y cuentapropistas.

Lo económico fue determinante. Pero, particularmente en la juventud, el fin del periodo de “la globalización” que quedó nítidamente expuesto tras la pandemia presentó para muchos la perspectiva de toda una vida en la pobreza asistidos por algún “plan”. Y esto, junto a la imposibilidad de acceder a la vivienda, abrió un debate ideológico que Milei capitaliza atribuyéndolo al “populismo” y el “colectivismo” y no a la dependencia y al sistema capitalista monopolista, que según él es todo virtud. También porque a falta de trabajo en relación de dependencia bien remunerado, que solo subsiste inaccesible y protegido por algunos pocos gremios, se idealiza un “emprendedurismo” individualista, impotente y de autoexploración, o de explotación bajo “aplicaciones” monopolistas de escala internacional. Así su caballito de batalla de la “dolarización” aparece en la imaginación de muchos como la manera de evitar “caer” en el tercer mundo.

Las derrotas previas de los frentes encabezados por el PJ en Santa Fe, San Juan, San Luis, Chaco, Chubut, Santa Cruz y Entre Ríos –mayormente en manos de JxC– preanunciaban el peso del “cambio”. De todas maneras, Milei no hubiera ganado sin el apoyo de Macri y Schiaretti, que le dieron no solo votos, sino una relativa base de sustentabilidad gubernamental. Así, pasando por la “tabula rasa”, el eje “anticasta” mutó a “continuidad o cambio” y alcanzó para sumarle 26% de los 31% que habían sacado Bullrich y Schiaretti.

Mientras que Massa, disociándose lo más que pudo del gobierno del que es ministro, logró sumar solo un 7% incluyendo a los que habían votado al FIT en las generales.

Lo que entrama Milei

Tras algunas idas y vueltas al final Macri puso a Luis Caputo, el hombre que determinó que la línea económica no pasará por la dolarización, sino por el canje de las Leliq’s y un nuevo endeudamiento en dólares: su especialidad durante el gobierno de Cambiemos. También a Patricia Bullrich en Seguridad, lo que acotó a Villarruel a presidir en minoría el Senado de la Nación.

Osvaldo Giordano, hasta ayer ministro de Finanzas en Córdoba con Schiaretti, se hará cargo de ANSES. Y en la misma línea, Franco Mogetta en Transporte y Daniel Tillard como presidente del Banco Nación. La también cordobesa Diana Mondino, que ya venía en LLA, será la ministra de Relaciones Exteriores.

El apoyo a Milei de Paolo Rocca de Techint –principal monopolio industrial en la Argentina– surgió tras respaldar a Bullrich en las generales. Rocca está detrás de un alineamiento de monopolios que ya a fines de 2020 terminaron con el acompañamiento de la UIA al gobierno del Frente de Todxs. Ahora Rocca jugó y logró que la entidad industrial no apoyara a Massa. Conclusión, Horacio Marín, un hombre de Tecpetrol (Techint) quedará al frente de YPF. La alianza con EEUU y de confrontación con China que sostienen Rocca y Techint en los últimos quince años no es un secreto. Trump llamó para felicitar a Milei y señalarle la importancia mundial de su triunfo para la “nueva derecha”. Black Rock ya había aportado de movida a Darío Epstein al equipo de Milei.

Muchos, empezando por el Jefe de Gabinete Nicolás Posse o como el propio Milei, provienen o pasaron por la Corporación América, propiedad del “armenio” Eduardo Eurnekian que promovió al libertario en sus inicios, cuando su objetivo era desgastar a Marcos Peña y a Macri, el presidente que amenazaba con removerle la concesión de Aeropuertos 2000.

Con el viaje a EEUU, además de visitar la tumba del “Rebe de Lubavitch”, una de sus referencias religiosas, Milei formalizará los contactos con el gobierno de Biden y el FMI.

Con Milei no hay 100 días

El antagonismo programático de Milei con los trabajadores, el pueblo y la Nación es total, objetivamente. Partiendo del 44% que votó en contra, vamos a seguir debatiendo y contrastando los resultados prácticos de sus políticas con los que lo hayan votado. No negamos que algunos elementos entre las masas hayan sido ganado por concepciones fascistas y los enfrentaremos. Pero el grueso de los trabajadores que votaron por Milei-Villarruel, no lo hicieron por Videla y los Falcon verdes, sino porque no concebían seguir así y esperan un cambio, pero se van a defraudar más temprano que tarde.

De cualquier manera, lo principal es unir motorizando la lucha contra las medidas que Milei ya anuncia abiertamente y pretenderá llevar a la práctica. Plantea que arrancará con la motosierra desde el Poder Ejecutivo con despidos, paralización de la obra pública y ningún aporte a las provincias más allá de la coparticipación. Además de endeudarnos más y poner como garantía las acciones de YPF y el Fondo de Sustentabilidad del ANSES.

Milei, desde su teoría, pretende desarmar la bola de Leliq’s con más endeudamiento en dólares, reduciendo el gasto público, cortando la emisión y así como consecuencia bajaría la inflación. Pero los recortes del gasto y el freno a la obra pública pueden terminar de precipitar un proceso recesivo de la economía, que conduzca a menor recaudación y por ende tender al déficit fiscal, o a recurrentes recortes. Un enfriamiento económico con despidos y suspensiones en el sector privado, no solo en el Estado. Por lo pronto, los precios de los alimentos sin control y el salto devaluatorio inflacionario, que se espera para cuando asuma el 10 de diciembre y ponga el dólar oficial a $650, licuarán más los salarios y las jubilaciones.

El gobierno saliente resolvió un aumento para los estatales nacionales que se cobrará incluso en enero y un bono para los que no fueron alcanzados por la eliminación de ganancias. A la vez, ATE confirma que los funcionarios de Milei vienen con despidos y que apuntan contra más de 64 mil empleados que están precarizados y desprotegidos porque no fueron regularizados como se había acordado en 2021. Se están haciendo asambleas en todas las dependencias del Estado y ya SENASA va a un paro de 72 horas.

La mesa chica de la CGT se reunió y anunció a través de Héctor Daer que “vamos a tomar medidas si avanzan sobre los derechos sindicales”. También replicó los dichos de Macri que había calificado a los trabajadores organizados de “orcos” y amenazado “van a tener que medir muy bien cuando quieran hacer desmanes en la calle”. Aunque Andrés Rodríguez de UPCN se mostró más preocupado por dar gobernabilidad.

En el plano político se están llevando a cabo asambleas de la militancia, como la que se realizó en La Matanza encabezada por el intendente Espinoza y la vicegobernadora Verónica Magario, que venía de una reunión con el gobernador Kicillof y los intendentes de UxP de la Provincia de Buenos Aires. La línea es cerrar filas y prepararse para hacerles frente (ver página central).

El parlamento, los gobernadores y otros frentes de conflicto

A su regreso de EEUU, Milei definirá el presidente de la Cámara de Diputados entre Ritondo (Macri) y Randazzo (Schiaretti), que también es promovido por su ministro del Interior Guillermo Francos. De esto dependerá si el interbloque de JxC se parte y los radicales, quizás junto con el bloque de Monzó y los diputados de la Coalición Cívica, conforman un bloque de oposición moderada. O se mantienen todos juntos como pidieron los gobernadores de JxC esta semana; y así forcejear y negociar con el Ejecutivo nacional cosas para sus provincias a cambio de leyes.

UxP tiene 33 senadores de 72, está cerca del quórum y muy probablemente designe al Presidente Provisional del Senado, el segundo en la línea sucesoria. Es primera minoría con 109 diputados de 257, por lo que puede pesar en el control de las comisiones más importantes. La situación parlamentaria de Milei por ahora no es buena. Tiene 7 senadores y 38 diputados. Ritondo, partiendo de que su alineamiento oficialista fractura el bloque JxC, aportaría solo 40 diputados. Randazzo no está claro si suma mucho más que su propio voto. Milei ha anunciado que de movida enviará una ley ómnibus al Congreso que probablemente delimite campos, donde también tomarán postura los gobernadores de UxP.

Otros frentes de conflicto que desata el gobierno de Milei en lo inmediato, además del de los trabajadores estatales, es el de los gobernadores por la coparticipación y obra pública, la Cámara Argentina de la Construcción y las empresas con obras en construcción, las universidades nacionales por partidas presupuestarias y los movimientos sociales por recortes o re direccionamiento de la asistencia social. Lista que seguramente se ampliará.

El triunfo de Milei es un golpe para el pueblo, los trabajadores y los intereses nacionales, que exige redoblar la unidad para motorizar la lucha y enfrentar su política.