Editorial | Por qué Al Frente

El 27 de octubre con el triunfo popular de Todos derrotamos la reelección de Macri. Todos asumirá el gobierno, Alberto Fernández será presidente y Cristina Fernández de Kirchner vice. Pero la batalla sigue porque Macri ahora lidera una reacción que hará todo lo que esté a su alcance para que no se toquen sus intereses. Y para salir de esta crisis, que estanca la economía y acelera la inflación hora tras hora en estos momentos, hay que tocar esos intereses. Esta es la batalla que acaba de comenzar.

El triunfo popular de Todos con el 48%, se basó en la certeza de que había que luchar por unir a todas las clases, capas, y grupos sociales golpeados por la política reaccionaria del gobierno de Macri durante estos cuatro años. Unir a los que veníamos luchando desde el primer día, a los que salieron cuando hace dos años les metían la mano en el bolsillo a los jubilados y también a los que, aún golpeados por el gobierno de Cambiemos, no habíamos ganado para que salieran a la calle. Incluso debíamos ganar a una parte de los que habían votado a Cambiemos anteriormente, contrastando sus expectativas con los resultados.

Charla del CR-Al frente analizando la situaci{on pol{itica y social tras las elecciones del 27 de octubre.

Por todo esto es que nos propusimos ir al Frente de Todos, ser activos en su construcción, ser integrantes de su organización y sus acciones. Elegimos no abordar la política exclusivamente desde lo sindical, ni encerrarnos en un mero movimiento que al final optara en las urnas por el “mal menor”; o creyéndose que se las sabe todas, “acompañe a las masas” oportunamente para luego demostrarles las nefastas consecuencias de ampliar la unidad de los trabajadores a sectores explotadores. Había que reconocer que en el pueblo, además de las clases trabajadoras, dinámicamente hay más sectores. Sectores a los que la política abiertamente antindustrialista de Macri tira objetivamente para este lado. Y así, asumir que “en el seno del pueblo, las contradicciones entre las masas trabajadoras no son antagónicas, mientras que las existentes entre la clase explotada y la explotadora, además del antagónico, tiene un aspecto no antagónico”(1). Es decir que no se puede servir a la clase obrera y el pueblo sin identificar las contradicciones en su seno y cómo abordarlas.

Fuimos al frente, asumiendo que la acumulación de fuerzas revolucionarias tiene un centro que es la lucha de las masas. La lucha de las masas en todos los planos, sin contraponer la lucha en las calles y en las urnas. Ambas se complementaron para llegar a este 27 de octubre. Porque esta unidad también se forjó en la pelea y la concreción de los paros generales, en la lucha contra la reforma previsional y laboral, y por el salario y los derechos de los trabajadores. También en la lucha de las mujeres por el aborto y sus derechos.
Y también fuimos y vamos a seguir yendo al frente, integrando el marxismo-leninismo-maoísmo a la revolución argentina. Rompiendo con concepciones derechistas, como lo hicimos cuando nos fuimos del PCR en 2013 y constituimos el Comunismo Revolucionario.

O superando también concepciones movimientistas, sindicalistas o alternativistas izquierdistas, ahora con el CR-Al Frente. La línea de masas aborda dos aspectos: las masas y el partido de vanguardia; y esto exige práctica, formación y síntesis en todos los niveles de la organización para que se desarrollen.

La historia de nuestro país prácticamente desde la constitución del Estado Nacional, coincidente con el inicio de la fase imperialista del capitalismo mundial, ha mostrado el carácter democrático-popular antimperialista, antimonopolista y antiterrateniente de la etapa revolucionaria actual. Y así como la revolución en cada país es ininterrumpida y tiene sus etapas con sus tareas particulares, que se imponen desde el nuevo poder político revolucionario en cada caso, esas etapas históricas también son un proceso ininterrumpido de períodos políticos, que luchamos por resolver en favor del pueblo en cada circunstancia particular. Y en ello, con la política al mando, va la lucha de masas, el frente único y el crecimiento del Partido. De eso se trata la acumulación de fuerzas revolucionarias. Después de todo, como señalara Mao: “El pueblo, y sólo el pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia mundial.”(2)

 


(1) Mao Tse-tung, “Las contradicciones en el seno del pueblo” (1957), en Obras Escogidas, Tomo V, pg. 419.
(2) “Sobre el gobierno de coalición” (1945), en Obras Escogidas, Tomo III.