Editorial | Revertir el resultado en noviembre

Es con Todxs, enfrentando a la reacción de Cambiemos y el apriete ajustador del FMI.

Tras la profunda derrota del Frente de Todxs, lo primero fue en muchos sorpresa, bronca y la tristeza de ver ganar a Cambiemos en quince provincias, incluida la Provincia de Buenos Aires y CABA. Cobraron realidad concreta en votos y no-votos las señales de enojo y cansancio que se recogían en las rastrilladas y las mesas. Una parte eran de los sectores que ya venían alineados por Cambiemos y su maquinaria de medios, desde posiciones antiperonistas, anti “populistas”, anti estatistas, anti sindicalistas y anti piqueteras. Algunas incluso negacionistas de cómo los trató el gobierno de Cambiemos, aspiracionales ante el vértigo de seguir cayendo en la pirámide social. Desde ya “la foto” los alimentó. Otras opiniones venían de sectores trabajadores que habían votado a Todxs en 2019 y que la pendiente económica de la última década los viene golpeando duro y parejo; con la pandemia ya no dan más y no ven además perspectiva para sus hijos.

La ayuda económica, alimentaria y la protección laboral del gobierno de Todxs durante la pandemia, aún insuficiente dada la gravedad de la situación, alcanzó a los trabajadores formales y las barriadas. Pero tuvo un hueco en los cuentapropistas, que cada vez son más producto del desempleo y la precarización, y no porque haya despertado en ellos naturalmente un sueño “emprendedor”. En el capitalismo, el crecimiento económico y la reactivación no son linealmente sinónimo de mayor poder adquisitivo para los trabajadores. Además, la reactivación se desaceleró en el segundo trimestre por la segunda ola de covid. La inflación general, volviendo al 50% en que la dejó Macri, es una cuestión determinante en la vida de los trabajadores y del pueblo.

La crisis en el gobierno

Tras el resultado adverso se abrió una crisis en el gobierno, que de cara a noviembre se cerró, al menos como primer round con cambios en el gabinete. La crisis fue escalando desde el pedido de cambios en el gabinete que incluían a Guzmán, Cafiero y Kulfas, el envío del presupuesto 2022 al Congreso por parte del ministro de Economía con respaldo presidencial, la presentación de renuncias por parte de los ministros cristinistas presionando por la renuncia efectiva de los otros, el alineamiento de unos y otros gobernadores, de la CGT y algunos sindicatos y movimientos sociales, la llamada de CFK a Guzmán, los audios de Vallejos, las operaciones de prensa sobre la aceptación de la renuncia de De Pedro y llegando a la noche del jueves la carta de la vicepresidenta CFK. La carta puso a foco el debate principal de contenido en la crisis, a la vez la llevó a su pico cuestionando directamente al presidente Alberto Fernández por la sub ejecución presupuestaria en función del acuerdo con el FMI y de encuestas, que además no se cumplieron. Después de esto vino la negociación por los cambios en el gabinete.

La carta de CFK aportó precisiones sobre un debate dentro del gobierno que venía siendo público sobre el gasto y la ejecución presupuestaria, la disparidad entre precios y salarios que impone un nivel inflacionario que no se limitó a 29%, las condiciones, plazos, intereses y –llegado el caso– la conveniencia o no de cualquier acuerdo con el FMI por la deuda de Macri. Ahora todo apunta a relanzar al gobierno, nuevas medidas de ayuda económica y acelerar los pasos de salida en las restricciones que impuso la pandemia sobre la base de una curva de casos y de ocupación de camas UTI que sigue bajando producto de la vacunación. Aunque habrá que estar atento con los flujos internacionales que comenzarán a permitirse.

El nuevo gabinete

Guzmán quedó. Tras presentar su presupuesto acorde y en marcha a la negociación con el FMI, se le impone contabilizar los 4.334 millones de dólares de los DEG del Fondo como respaldo del incremento del gasto que implicarán las nuevas medidas, aunque el pago al organismo financiero se hará con esos mismos dólares.

Como nuevo Jefe de Gabinete asumió el gobernador de Tucumán Juan Manzur en reemplazo de Cafiero, que pasó al de Relaciones Exteriores. El nuevo jefe de gabinete Manzur, aunque a decir de CFK “no se le impone”, porque ella lo habría propuesto, expresa que Alberto Fernández gobernará recostado en los gobernadores del PJ que lo respaldaron en el pico de la crisis. Manzur y el caso de la niña violada a quien se le obstruyó el derecho a la IVE en Tucumán generan refracción en el feminismo y el movimiento de mujeres y diversidades. La ministra Elizabeth Gómez Alcorta no lo ha ocultado, siendo ella además la promotora de una causa en su contra por dicho caso, graficando con su permanencia en el gabinete que la incluisión de Manzur, ni la disparidad de género acentuada por la salida de Federic, cambian el carácter de un gobierno que viene de aprobar la demandada ley de derecho al aborto y el cupo laboral trans en el Estado.

Kulfas quedó apuntalado por los números de la reactivación industrial que es, en definitiva, lo que le toca en el gabinete. Derivando al incorporado Julián Dominguez la relación con las entidades agrarias.

Con la estridente y controversial inclusión de Anibal Fernandez en Seguridad se va Federic. Su primer objetivo: abordar la expansión del narcotráfico desde Rosario y la ola de crímenes asociados. Esta situación viene desbordando al gobernador santafesino Perotti y venía siendo minimizada por Federic. Más allá de las acusaciones y desacusaciones de la banda de los Lanata (condenados por el triple crimen) y de Pérez Corradi (extraditado, condenado y liberado por tráfico de efedrina con supuesta protección del SIDE), la incorporación de Aníbal Fernández trae al presente inexorablemente la historia de la sobreimportación de efedrina y la proliferación de cocinas sintéticas durante el anterior período de gobierno kirchnerista. Pasto para Carrió y Bullrich, aunque hay que recordarles la condena por narcotráfico del ex-intendente de Paraná de Cambiemos, Sergio Varisco, en diciembre de 2019. La designación de Fernández también es controversial por su cuestionado rol como Ministro de Seguridad tras la desaparición de Julio Lopez. Por eso habrá que ver el resto de los objetivos de la actual cartera de Seguridad y los resultados sobre una demanda social y popular que se impone: enfrentar al narcotráfico en serio!

Revertir en noviembre

Somos parte de las fuerzas políticas que nos integramos al Frente de Todxs por la imperiosa necesidad popular de terminar con el gobierno y la política de Macri-Cambiemos y el fraude que consumaron de la mano del FMI. Los dos años de gobierno en pandemia y el resultado de las elecciones muestran la necesidad del pueblo de perseverar en el camino de la unidad frente a esa reacción, con una política que corrija lo que demanda el resultado y aborde la compleja situación.

Con Juntos x el Cambio viene una nueva ofensiva antipopular, como ya lo han explicitado Rodríguez Larreta y varios legisladores con su proyecto de eliminación de las indemnizaciones. Un proyecto en el mismo sentido de las políticas que en los 90’s derivaron en desocupación y pobreza récord, y en el estallido del 2001.

Para el pueblo y la Nación, la salida es un Estado que recupere su rol activo en la producción y la economía. Un paso en este sentido ha sido la estatización de la metalúrgica IMPSA. Se debe insistir también en el desarrollo de una empresa estatal de alimentos, que genere trabajo, enhebre pymes y producciones nacional, y ponga un freno a los monopolios formadores de precios. Por esto trabajamos para revertir el resultado en noviembre, enfrentando el apriete ajustador del FMI por la deuda que crearon con Macri y Cambiemos, sosteniendo nuestro programa de 10 medidas para salir de la pandemia con más trabajo y salario.