Editorial | Un paso en el reagrupamiento popular

Con una importante base en el movimiento obrero y sindical y de fuerzas que son parte del Frente de Todos, el acto del 17 de Octubre en Plaza de Mayo es un paso en el reagrupamiento político popular, tanto contra el ajuste inflacionario y la ofensiva monopolista, como para dar pelea en 2023. Y también para confrontar, si llegara a ganar Cambiemos, contra su pretensión de barrer las conquistas obreras y populares.

17 de Octubre en plaza de Mayo.

El acto del 17 de octubre en la Plaza de Mayo fue un paso importante en el reagrupamiento popular frente a la reacción y la ofensiva monopolista, en medio de un rumbo económico que con la inflación golpea los bolsillos de las y los trabajadores. Mientras los grandes grupos empresariales y especulativos incrementan sus ganancias, los salarios argentinos en dólares ya están entre los más bajos de Latinoamérica.

Del golpe devaluador en julio al acto del 17 de octubre en la Plaza de Mayo

Tras el acuerdo con el FMI, que dividió al gobierno del Frente de Todos, vino el golpe devaluador de julio que motorizaron un conjunto de monopolios encabezados políticamente por el macrismo, que actuó abiertamente a través de la Mesa de Enlace y sus operadores financieros para dejar al Banco Central sin reservas. El golpe devaluador, aunque no llegó a la renuncia del Ejecutivo ni a la eliminación física de CFK –planeada desde marzo por grupos que ya indudablemente no son “loquitos sueltos”–, impuso un desenlace en la crisis de gobierno entre Alberto Fernández y CFK. La renuncia de Guzmán precipitó la situación económica, y tras el breve tránsito con Silvina Batakis, derivó por presión también de los gobernadores en que Sergio Massa asuma el Ministerio de Economía con un plan de concesiones y negociación de devaluaciones sectoriales como el dólar soja, además de recortes presupuestarios para cumplir el acuerdo con el FMI. El apoyo de CFK a Massa desconcertó a una parte de la base del cristinismo. En ese contexto se realizó la movilización del 17 de agosto donde Camioneros montó su propio palco, para reclamar al gobierno una suma fija para todos los trabajadores y medidas concretas contra la inflación.

Cuando quedó expuesto que el plan de Massa lo que estabiliza son las superganancias de los monopolios, mientras los salarios siguen perdiendo frente a la inflación, la lucha salarial del neumático, que venía desde hacía seis meses, se volvió el caso testigo. Los monopolios del neumático con FATE a la cabeza jugaron para aplastar a los trabajadores y el ex ministro de Trabajo Claudio Moroni fue parte de ese plan. Cuando el conflicto amenazaba con paralizar la producción automotriz, Massa se sumó a favor de las patronales anunciando una impracticable apertura en la importación de neumáticos. Daer y los gordos de la CGT también jugaron contra los trabajadores del neumático y se reunieron con el Presidente en Olivos dejando fuera a Pablo Moyano, uno de los miembros del triunvirato que conduce esa central.

Pablo Moyano hizo público su apoyo a la lucha del neumático y junto con un conjunto de gremios, que luego serán la base para la convocatoria al acto del 17 en Plaza de Mayo, presionan a Alberto Fernández en favor de los trabajadores, cuando además la parálisis automotriz ya era cuestión de horas. El triunfo de los trabajadores del Sutna le torció el brazo a los monopolios del neumático y marcó el camino para los trabajadores y el pueblo. Y en definitiva, también derivó en la renuncia de Moroni.

A partir de ahí se abrió un nuevo capítulo en la renegociación de las paritarias. Bancarios ya había cerrado en 94%, el Seguro en 90% y Camioneros salió a reclamar con 131%. La nueva ministra de Trabajo Kelly Olmos, de pasado menemista, planteó que el reclamo de Camioneros supera el tope paritario, aunque luego fue desmentida la existencia de un tope.

Más allá de esto, existe además una desigualdad entre gremios, donde unos pocos logran acercarse a la inflación y otros tienen escalas que parten prácticamente del Salario Mínimo Vital y Móvil, como maestranza, gastronómicos, limpieza en casas de familia y muchísimos municipales, entre otros. Y además está la masa trabajadora sin convenio, precarizada, a destajo o en negro y los denominados cuentapropistas, que también van quedando en la pobreza con ingresos por debajo de los 100 mil mensuales. Y así los salarios argentinos, en dólares, ya se ubican por debajo de los salarios chinos.

Los actos del 17 de octubre

En esta grave situación económica y política para el pueblo, el acto del 17 de octubre en Plaza de Mayo es un paso en el reagrupamiento popular. Convocado por Camioneros y los gremios del Fresimona y de la Corriente Federal que integran la CGT, la CTA-A, la CTA-T, y un conjunto de fuerzas políticas empezando por el Partido Justicialista de la Provincia de Buenos Aires, el acto sumó numerosas adhesiones y desbordó en concurrencia. La mayoría de los discursos denunciaron la existencia de un poder fáctico, económico y político, condicionante y antagónico a cualquier gobierno popular. Y que, frente a ese poder, lo determinante es la fuerza y la lucha de los trabajadores y el pueblo; más cuando esos gobiernos son debilitados y sometidos a seguir políticas como las que impone el FMI. Desde el palco se sucedieron en la palabra Hugo Yasky –secretario general CTA-T–, Héctor Amichetti –secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense–, Hugo Godoy –secretario general CTA-A–, Máximo Kirchner –diputado y presidente del PJ bonaerense– y Mario Manrique –secretario adjunto del Smata y secretario gremial de la CGT–. También marcó el acto la presencia en el palco del gobernador Axel Kicillof.

El discurso Máximo Kirchner por un lado resumió la necesidad de La Cámpora y otros sectores del cristinismo de ubicarse en la definición de que “el enemigo no pueden ser los trabajadores”, en referencia al conflicto del neumático, en reclamo de una suma fija para los trabajadores y de un nuevo IFE para personas en situación de indigencia. A la vez que incluyó un párrafo para recordar que su renuncia a la jefatura del bloque de Diputados del Frente de Todos fue para rechazar el acuerdo con el FMI y, aunque no cuestionó frontalmente el rumbo de Massa, criticó la transferencia de ingresos que significó el dólar soja. También para Yasky y Baradel, el acto fue una vuelta de página después de la foto con Marc Stanley en la Embajada de EEUU.

Desde el Ejecutivo, en definitiva las únicas medidas serán un IFE-4 de 45 mil pesos, que viene con tantos requisitos que se verá cuántos indigentes los cumplen; y por otra parte un control de precios por tres meses. Se negocia que el precio de los productos figure en la etiqueta y hasta ahora solo algunas empresas acordaron. La suma fija salarial de 30 mil pesos fue oficialmente rechazada al día siguiente por Alberto Fernández, que a la vez ratificó la vigencia del acuerdo con el FMI rodeado por sus tres nuevas ministras.

También se oponen a la suma fija los jerarcas sindicales que hicieron su propio acto del 17 de Octubre en el Estadio de Obras Sanitarias para conformar una fuerza política en la que se unen Héctor Daer, Acuña, Barrionuevo, Lingieri, Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez.

Sin tapujos el programa de su acto fueron los cargos en las listas de las próximas elecciones, seguramente alistándose para negociar la reforma laboral y previsional si gana Cambiemos.

El otro acto fue el que organizó el Movimiento Evita con Barrios de Pie y la CCC en el estadio de Laferrere en La Matanza en respaldo a la candidatura municipal de la Senadora Patricia Cubría, en oposición al oficialismo municipal alineado con Axel Kicillof. Tras el acto le presentaron a Alberto Fernández y a Massa un documento de cinco puntos con su visión de cómo salvar la coyuntura. Luego, el 20 de octubre los dirigentes del Movimiento Evita y Menéndez de Barrios de Pie se reunieron con Daer, Lingieri, Andrés Rodríguez y Gerardo Martínez de la CGT.

Frente al ajuste, hacia el ‘23 y por si gana Cambiemos

Aunque Pablo Moyano tras el acto relativizó la división en la CGT, además de marcar su grado de independencia de cristinismo al reclamar que “Alberto Fernández y CFK se dejen de joder, se junten y solucionen lo que sucede porque lo que hay enfrente es peor”, la CGT se ha dividido claramente dos líneas, como lo señaló Manrique de SMATA al cerrar el acto en la Plaza de Mayo donde quedó graficada la unidad también con las dos CTA’s.

Esta unidad con base en una parte importante del movimiento obrero y sindical es un paso en el reagrupamiento político popular tanto contra el ajuste inflacionario y la ofensiva monopolista, como para dar pelea en 2023. Y también para confrontar, si llegara a ganar Cambiemos, con la pretensión de barrer las conquistas obreras y populares.