El engaño dolarizador de Milei

[responsivevoice_button voice=»Spanish Latin American Female» buttontext=»Presiona para escuchar»]

La propaganda de Milei de dolarizar la economía nacional se basa en dos ilusiones: 1) que esto resolvería la inflación y 2) que no habría pérdida del poder adquisitivo. Estos puntos son parte de la campaña de los “libertarios” pero no tienen fundamento.

El propio Milei afirmó, en medio de la corrida cambiaria de fin de abril, que llevaría el dólar oficial a $480 (Perfil, 27/4), acompañando el golpe devaluatorio en curso. Esto hubiera implicado en lo inmediato una devaluación de algo más del 100% (al cierre de esta edición, el dólar oficial estaba a $225 y el dólar blue a $467). Como ya sabemos y nadie desmiente, esto no sería acompañado por un aumento similar en los salarios. Pero además, sería apenas el inicio de la brutal devaluación que exigiría ir hacia una dolarización.

Realmente hay escasas experiencias de países dolarizados, porque implica perder soberanía y las herramientas de administración de la economía nacional. Ecuador es el caso de país dolarizado con mayor PBI. Su resultado fue, tal como mostró CFK en su última intervención, una inflación del 355% desde que se dolarizó, mientras EEUU alcanzó el 75% en ese período. Es decir: hubo devaluación, pérdida de poder adquisitivo y no resolvió el problema de la inflación. Encima de todo esto, desde su dolarización el endeudamiento ecuatoriano –que ahora es plenamente en dólares– subió desde el 24,6% de su PBI hasta el 62,3% en 2021.

Con devaluación y pérdida de ingresos

Uno de los problemas de una dolarización sería, en primer lugar, reemplazar el circulante actual de pesos por dólares. A eso debería sumarse lo necesario para dar respuesta a los vencimientos de deudas. Según Milei, bastaría con pedir prestados unos 30 mil millones de dólares para reemplazar la base monetaria actual y las Lelics. No explica quién estaría interesados en prestarnos esa suma ni cómo afrontaría las deudas (¡que habría que pagar todas en dólares!).

Por eso, otros economistas como Hernán Lechter –del Centro de Economía Política (CEPA)– advierten que una dolarización implicaría llevar el dólar a un valor de entre $750 y $2.430. Las cuentas varían según cómo se administren o tengan en cuenta las reservas actuales de dólares, las Leliq’s, Notaleliq’s y pases pasivos. Otros estiman que la devaluación podría alcanzar los 10 mil pesos por dólar.

¿Qué dice el economista elegido por Milei?

Emilio Ocampo fue elogiado por Milei por su propuesta dolarizadora “superadorea”, que incluye crear “un vehículo fuera de la Argentina al que le transferiríamos activos y pasivos del Banco Central, el Fondo de Garantía de Sustentabilidad (FGS) de la Anses, canjeados por bonos emitidos con ley de Nueva York. Quedarían capturados como activos y la única tarea del fideicomiso sería pagar la deuda del Banco Central, cosa que podría hacer en cuatro o cinco años” (Infobae, 24/4). Es decir: venderían el fondo de las jubilaciones para financiar el paso al dólar.

Dicho de otro modo: para dolarizar, venderían el FGS de jubilados y jubiladas. Pero, además, también se rifarían las acciones de empresas loales que hoy son parte de ese Fondo de Garantía de Sustentabilidad, profundizando aún más la extranjerización. Esto implicaría la extranjerización parcial o mayoritaria de esas empresas, entre las cuales están: Edenor, Ternium Argentina SA, Transportadora de Gas del Sur, La Anónima, Molinos, Telecom, Aluar, Grupo Clarín, Metrogas y otras.

Lo notorio es que, así como Milei aplaude al ex ministro del gobierno menemista Domingo Cavallo, Ocampo venera a aquella convertibilidad de los 90’s al punto de afirmar sin sonrojarse que: “si hubiésemos preservado la convertibilidad hoy estaríamos mucho mejor”. ¡Como si no hubiera habido un estallido en 2001! ¿En qué país vive Ocampo?