Elecciones 2024 en Estados Unidos: ¿qué está en juego?

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Dentro de poco menos de un año, el 5 de noviembre de 2024, serán las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Los comicios ya están marcados por una fuerte incertidumbre, con una probable polarización entre el actual presidente, el demócrata Joe Biden, y su antecesor, el republicano Donald Trump.

El proceso electoral norteamericano es largo y todavía faltan las primarias de ambos partidos. Según las encuestas, tanto Biden como Trump ganarían sus respectivos bandos.

Biden aventaja a sus rivales internos Dean Philips y Marianne Williamson, si bien su avanzada edad (tiene 81 años) y los cuestionamientos a su gestión generan ruido incluso entre los votantes demócratas. Otro candidato con posibilidades, Robert Kennedy Jr., se presentará como independiente por fuera del partido. Del lado republicano, Trump le saca distancia a su rival más competitivo, Ron De Santis, gobernador de Florida. De este modo, el escenario Biden-Trump es el más probable, repitiendo el duelo de la elección anterior.

Sorpresivamente, las encuestas muestran un escenario muy parejo e incluso una ventaja a favor de Trump, que hoy le ganaría a Biden en varios estados clave, según una encuesta del New York Times. La posibilidad de una victoria de Trump ya genera alertas en una parte de la burguesía imperialista, como muestra una nota de la revista The Economist que situó un posible triunfo de Trump como “el mayor peligro para el mundo en 2024”. La nota destaca su no aceptación de los resultados en 2020 y el asalto al Capitolio.

Efectivamente, el resultado de la elección marcaría cambios profundos no sólo para Estados Unidos sino para todo el mundo. Con dos guerras en curso a nivel mundial, Ucrania y Palestina, Biden pone el centro en la puja con Rusia para tratar de unir a la Unión Europea, y desde allí forcejear con China. Esta estrategia se condensó en el grado de respaldo que EEUU le dio al al gobierno ucraniano y su planteo de ingresar a la OTAN. Y luego de la invasión Rusa, involucrándose directamente en la guerra, motorizando la provisión de armamento propio y de una Europa así realineada, a la que también pasó a venderle gas en reemplazo del que proveía hasta ahí Rusia.

Por otra parte, el reciente encuentro con Xi Jinping en San Francisco mostró tanto la voluntad de los demócratas de no romper por completo con los chinos como la profundidad de la disputa entre ambas potencias. Allí, Biden llegó a calificar a Xi como “dictador” en plena visita del mandatario chino.

La línea de Trump, no obstante, es la confrontación abierta con China como prioridad, lo que dejaría en segundo término, por ejemplo, el apoyo a Ucrania en guerra con Rusia y la unidad con la Unión Europea. Esta línea también tendría consecuencias hacia América Latina. Basta recordar el apoyo de Trump al golpe en Bolivia o el escandaloso préstamo a Macri en Argentina para tratar de que gane las elecciones. Mientras que Biden se muestra hoy por hoy más tolerante con gobiernos como el de Lula en Brasil, Trump apoya abiertamente a Milei y Bolsonaro, con consecuencias impredecibles en caso de triunfar.