EMVyJ: Simplificación histórica como justificativo electoral

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Antes del acto de los organismos históricos de derechos humanos, se había realizado al mediodía en la Plaza de Mayo el acto del Encuentro Memoria, Verdad y Justicia (EMVyJ). Actualmente este Encuentro pasó a ser apuntalado básicamente por el FIT y demás fuerzas de la izquierda trosquista. Así se entiende el cambio de balance histórico que pasó a tener su documento en relación al propio golpe de estado, al afirmar que: “el terrorismo de Estado en nuestro país no empezó en marzo de 1976 sino antes, con el gobierno del Partido Justicialista. Desde 1974 amparó a la Triple A, que, con otras bandas fascistas, secuestraron y asesinaron a más de mil activistas. Y desde 1975 se implementó el llamado Operativo Independencia en Tucumán. Ese fue el preludio del golpe y del genocidio.”

Este balance, simplificado irresponsablemente, niega el hecho de que el golpe fue no sólo contra el pueblo argentino en general sino también contra el gobierno peronista. O, incluso, esta simplificación puede derivar en el absurdo de que la presidenta Isabel Martínez de Perón haya preparado el golpe contra su propio gobierno, cuestión que contradice los hechos. Evidentemente, en la política actual esta simplificación histórica tiene como objetivo poner en el mismo plano al gobierno macrista y al gobierno del Frente de Todxs, tal como también se desprende de otras partes del documento. Pretenden así justificar el alternativismo electoral que, en definitiva, termina siendo funcional a Juntos x el Cambio.

Quienes reivindicamos la lucha contra el golpe de estado –entre 1974 y 1976– sabemos lo difícil que fue, con la confusión que sembraban las acciones terroristas y la Triple A, “en una confrontación de aparatos ajena al pueblo” (ver “Así enfrentamos el golpe y la dictadura”, en Boletín del CR, “A 40 años del golpe”). De todos modos, el hecho de que el repudio al genocidio sea protagonizado cada 24 de Marzo evidencia que socialmente se ha impuesto un balance histórico que ubica en el golpe de estado (y no antes) al punto de inflexión político contra el pueblo.