Milei participó del festejo republicano en la mansión de Trump en Mar-o-Lago. “Gracias por hacerme parte de este evento tan importante y por permitirme hablar aquí”, expresó servilmente. Inició su alocución confrontando con Marx y su Manifiesto Comunista y afirmó: “Hoy un fantasma distinto recorre el mundo, el fantasma de la libertad”. Tras esto hizo su definición fundamental: “Bajo el manto de las buenas intenciones y de la mal llamada justicia social, la casta política montó un Estado opresor que divide a los ciudadanos entre ganadores y perdedores, quienes pagan impuestos de un lado y quienes viven de ellos.”
Así Milei pretende reemplazar la división fundamental que existe en la sociedad de clases –analizadas no sólo por Marx sino incluso por Adam Smith– por esta nueva contradicción entre pagadores y vividores de impuestos en el mundo imaginario Milei. Un doctrinarismo ajeno a la realidad, aunque sí en beneficio de algunos magnates, que evaden impuestos.
¿Quién vive realmente de los impuestos? ¿Los jubilados? Reciben salario diferido, que surgen básicamente de aportes y cargas patronales (que no son impuestos). ¿Los programas sociales? A lo sumo han funcionado como complemento salarial para familias que viven de la construcción, la industria textil, el reciclaje u otras formas precarizadas.¿Los estatales y funcionarios públicos? Claramente no suman un volumen que explique ni la pobreza ni el estancamiento económico. De hecho, el gobierno de Milei recortó todo esto y, por el contrario, la pobreza tocó el récord de 53%, nivel sólo comparable con la crisis social del 2001.
En realidad, los fantasmas que recorren la Argentina (y también el mundo) son la desocupación y el hambre como los que ya sufrimos en los ‘90 con la política menemista. Realidad ya descripta por Marx cuando escribió: “La acumulación de riqueza en un polo implica, pues, al mismo tiempo, en el polo opuesto, la acumulación de miseria, trabajo penoso, esclavitud, ignorancia, brutalidad y degradación moral.” (El Capital, Libro I, Capítulo 25). Tal cuál lo que seguimos viendo en el mundo actual. ¿Y a quien pretende complacer tan servilmente Milei? Precisamente a los monopolistas y milmillonarios como Elon Musk, también presente en Mar-o-Lago.
Entonces, así se entiende que por un lado baje impuestos a la riqueza, pero por el otro sostenga el IVA que paga todo el pueblo. Impuesto que había comenzado en el 13% en 1975 con excepciones para productos básicos y que Menem-Cavallo llevaron al 21% y generalizaron. Un impuesto que pagamos todos, salvo los empresarios que cambian su domicilio para tributar en algún “paraíso” fiscal. La muletilla libertaria de “casta” es en definitiva una forma de cubrir a quienes realmente se enriquecen a costa de nuestra pauperización.