El viernes 25/9 se conoció la noticia de que la justicia suiza ha imputado de varios delitos a Joseph Blatter. Hasta ahora, parecía que las miradas de los fiscales huían del mandamás de la FIFA, otrora tratado como un cuasi jefe de estado sin Estado. Pero parece que su suerte, y fundamentalmente su poder, están cayendo en desgracia. Con estas nuevas medidas Blatter ya no podrá salir de Suiza, lo cual ya tenía como precaución de no hacer por miedo a quedar preso en otros países menos benevolentes. Por eso, las últimas reuniones se realizaron todas en Zürich cuando estaban programadas en otros países. Luego de la última realizada el viernes 25, Joseph debió suspender la rueda de prensa para ir a declarar, y además, la policía allanó su domicilio particular y sus oficinas en la sede de FIFA.
La Fiscalía federal de Suiza le abrió una causa penal al tener indicios de que el presidente del máximo organismo futbolístico ha incurrido en administración desleal, abuso de confianza y apropiación indebida. El fiscal suizo Michael Lauber sospecha que Blatter cedió los derechos de televisión de los Mundiales a la Concacaf (Unión Centroamericana y del Caribe) en un contrato desfavorable para los intereses de la FIFA. El acuerdo fue firmado en 2005 e incluía los derechos del Mundial de Sudáfrica 2010, por apenas 250.000 dólares, y el de Brasil 2014, por 350.000 dólares. Una vez que la Concacaf fue propietaria de los derechos fueron transferidos a una empresa de su entonces presidente, Jack Warner. Se estiman en unos 20 millones de dólares las ganancias que el dirigente de Trinidad y Tobago obtuvo por la reventa de los derechos.
Ahora, Joseph deberá vivir en su caja de cristal hasta que se defina su situación procesal. Que podría ser muy desfavorable. Por eso ya se habla de que sea reemplazado mientras se resuelve su suerte. Se menciona que podría sucederlo interinamente el camerunés Issa Hayatou, presidente de la Confederación Africana que además maneja las finanzas de la FIFA.
Otro que está muy complicado es el presidente de la Federación Europea (UEFA), Michel Platini, el cual también fue citado a declarar el mismo viernes 25 por haber recibido un “pago desleal” de 2 millones de francos suizos en febrero de 2011. “Casualmente” tres meses después, Platini se bajaba de su proclamada candidatura a presidente de la FIFA como rival de Blatter y llamaba públicamente a que las 54 federaciones europeas que él representa votaran por su rival y nuevo amigo. ¿Será todo una infeliz coincidencia, como dice Michel???
Dos meses antes del pago que la justicia suiza opina se hizo en contra de los intereses de la FIFA (diciembre de 2010), Qatar fue elegida como sede del Mundial 2022. Esa cuestionada elección –y la de Rusia para el 2018– son el motivo principal de la investigación del fiscal Lauber. Como se sabe, Platini, entonces en el Comité Ejecutivo de la FIFA cuyos 24 miembros decidieron la concesión de la sede, respaldó fuertemente la elección qatarí. Otra casualidad: un mes antes de dichas elecciones (noviembre de 2010), Platini estuvo en un almuerzo en el Palacio del Elíseo, la sede del gobierno francés, con el entonces presidente Nicolás Sarkozy como anfitrión, el hijo del emir de Qatar y su primer ministro como convidados interesados.
Pero mientras todos estos negociados y estafas se destapan en el seno del poder mundial del fútbol, las sedes sospechadas son confirmadas y a nadie se le ocurre que los mundiales no vayan a realizarse en dichos países. Por si acaso, el poderoso presidente ruso, Vladimir Putin, participó en persona del sorteo de las eliminatorias para Rusia 2018 dejando un claro mensaje político al respecto. Además, en la mencionada reunión del último viernes 25 en Zürich se aprobó el calendario para el mundial de Qatar, que se realizará en diciembre de 2022 (invierno qatarí) y que durará apenas 27 días. En la FIFA, la pelota, y los negociados, siguen rodando.