Hacia las PASO, con Todxs: Para salir de la pandemia y reactivar la economía del consumo popular

El FMI aprieta, los monopolios suben los precios y con la inflación crece la pobreza. Las tareas de las fuerzas populares son la pelea contra el Covid, por los salarios, por la producción nacional y derrotar a Cambiemos en las elecciones.

Con más del 50% de los habitantes de Argentina vacunados, restringiendo la circulación internacional frente al peligro de las nuevas cepas, avanzando en la presencialidad educativa y promoviendo con subsidios y créditos a la actividad productiva, se marcha a las PASO de 12 de septiembre. Elecciones que a un año y medio de las primeras medidas sanitarias contra el Covid-19 y el conjunto de medidas económicas, sociales y productivas que nos permitieron llegar hasta aquí, serán decisivas y en gran medida determinantes de la correlación de fuerzas entre el pueblo y la reacción, que en estas elecciones expresa Cambiemos.

Estas elecciones están atravesada por el coronavirus, pero también por un crecimiento de la pobreza, el endeudamiento nacional y una merma del poder adquisitivo de los salario, jubilaciones y programas de asistencia en los últimos seis años, quizás sin precedentes producto de las dos pandemias: la del gobierno de Cambiemos y la del covid. A las dos las hemos podido enfrentar con la lucha, el protagonismo popular y el Frente de Todos. Es imprescindible ahora derrotarlos nuevamente en las urnas.

La reacción golpea desde la suba de precios, desde el contrabando, la voracidad agroexportadora de los monopolios y terratenientes, y desde la timba financiera presionando para acelerar una devaluación. También desde sus medios de comunicación. Y claramente desde el FMI, que aprieta para cobrar una deuda que el mismo Fondo fabricó para fugar y salvar a los fondos de inversión imperialistas y apoyar la reelección de Macri.
El acto que encabezaron Alberto Fernández, Cristina, Massa y Kicillof, donde presentaron a los candidatos de Todxs desde una fábrica en Escobar, mostró la unidad del frente y su ordenamiento hacia una contienda electoral decisiva con listas unificadas en Provincia de Buenos Aires, CABA y la mayoría de los distritos. Juntos por el Cambio, que ahora se llama solo “Juntos” en la Provincia, marcha a las PASO con varias listas, donde los radicales tras años de subordinación al macrismo, intentan sacar pecho ante el PRO, que ahora conduce Larreta tras el recule de Patricia Bullrich y Jorge Macri. Para agregar más gorilismo en CABA sumaron a López Murphy, pero buscando otro perfil, al que apuntan con la mudanza de Santilli, dejaron afuera a Espert que corre por su lado. Randazzo ha quedado reducido prácticamente a nada. Evitar desgastarse en las PASO de CABA y Provincia de Buenos Aires es una ventaja para el Frente de Todos.

Los únicos ministros del gobierno nacional que salen para meterse en la contienda electoral serán Rossi, que irá como candidato a senador en Santa Fe con apoyo de CFK y Alberto Fernández en una de las listas del Frente de Todos, y el otro será Arroyo. El ministro de Desarrollo Social sale más bien por la tensa relación a la que llegó con los movimientos sociales y el Movimiento Evita, entre los principales con peso en esa cartera. A la vez, el Movimiento Evita en Córdoba no va con el Frente de Todos sino en la lista de Schiaretti y Natalia De la Sota. Córdoba es el distrito más adverso para el Frente de Todos, donde no llegó a presentarse en la elección de 2019. Esta vez con respaldo de Alberto Fernández y CFK, se presenta con una lista que encabezan para el Senado y Diputados Caserio y Estévez respectivamente.

El rol de Macri en estas elecciones estará determinado por la causa penal por su participación directa en el golpe de Bolivia y por la causa del millonario canon que no pagó tras la privatización de Correo Argentino que obtuvo con el menemismo. Larreta, Santilli, Vidal y la UCR pretenden despegarse y lavarse la cara, como si ellos no hubiesen tenido nada que ver en eso y en todo lo demás, empezando por el endeudamiento de 45 mil millones con el FMI.

En la carrera de los salarios contra la inflación, tras tres años de devaluación salarial, el gobierno se propuso al menos empatar. Pero todavía está ganando la inflación. Esta pelea, junto con la batalla sanitaria por la vacunación y contra los contagios, también es determinante en la situación de masas.

El gobierno dio luz verde en el último mes para reactualizar las paritarias, superada la proyección de inflación del 29%. No logró bajar el precio de la carne, pero sí que no siguiera subiendo. En el resto de los alimentos, tras la actualización de algunas paritarias, muchos precios volvieron a subir. Los sectores que no reactualizaron y los que están fuera de todo convenio se van quedando atrás. El 42% de la población activa y el 48% de los niños son pobres, viven en hogares que sobreviven con menos de $66.448 al mes.
La propia CFK le dedicó parte de su discurso en la presentación de candidatos a esta situación, al aumento de la pobreza, y también como Alberto Fernández, a la deuda que creó Cambiemos y la negociación con el FMI. CFK terminó de confirmar que el gobierno usará el Derecho Especial de Giro del FMI para cancelar los vencimientos de este año, antes de la negociación por toda la deuda con el Fondo (ver pág. 7). Pero la respuesta de “los mercados” el lunes fue el dólar a $185. La deuda es un condicionamiento brutal que, dependiendo de cómo termine la negociación que vence en marzo del 2022, puede llegar a trabar cualquier posibilidad de recuperación económica del consumo popular, lo que abriría otra situación política. ¿A esa posibilidad se habrá referido cifradamente CFK cuando afirmó “esta es la última oportunidad que tenemos…”?

Por todo esto, mantener la pelea sanitaria contra el covid, por la recomposición salarial y ahora por el triunfo del Frente de Todos en las elecciones, son la tarea de las fuerzas populares para mantener la iniciativa política frente a la reacción y el apriete del FMI.