“Les tocó la hora de que ganen menos”

Por un impuesto extraordinario a las grandes riquezas.

olo Rocca, Bulgheroni, Gregorio Pérez Companc, Roemmers , Jorge Pérez y Marcos Galperín. Encabezan la lista de monopolios, terratenientes y bancos a los que se podría aplicar un impuesto extraordinario.

A esta altura desconocer la importancia de tener políticas públicas sería suicida. Lo que se conoce comúnmente como “Estado presente” (como contraposición a la idea de  “neoliberalismo” o de la “mano invisible del mercado” que “todo lo regula”) es lo que podemos ver en la cantidad de medidas que el gobierno nacional (principalmente) y distritales (en su mayoría) vienen tomando para enfrentar al coronavirus. Tanto en materia sanitaria como económica. Medidas que de por sí requieren contar con recursos extraordinarios para costearlas por parte del Estado.

El pueblo trabajador, solidario en su organización, viene soportando sobre sus espaldas los aumentos desproporcionados de precio de los productos esenciales, sin resto ya para hacer un mayor esfuerzo. Sin embargo, en su antípoda se encuentran quienes vienen amasando fortunas a costa suya y que el día de hoy sin pruritos rebajan sueldos o despiden para cuidar sus tasas de ganancia, desafiando incluso al propio presidente Alberto Fernández quien expresó: “Muchachos, les tocó la hora de ganar menos”.

Encabezando el equipo más rico de la Argentina, lo tenemos al mismísimo Paolo Rocca (Techint) con más de 8.000 millones de dólares (según la revista Forbes de junio 2019). El mismo que deja sin trabajo en medio de la cuarentena a 1.450 trabajadores. Lo siguen Bulgheroni con 6.200 millones de dólares, Gregorio Pérez Companc con 3.000 millones, Roemmers con 2.800 millones, Jorge Pérez con 2.600 millones y Marcos Galperín 2.500 millones de dólares. Los siguen 44 más sumando alrededor de US$ 60.000.000.000: sesenta mil millones de dólares.

Evidentemente, la solidaridad no es algo que podamos encontrar urgando en las entrañas de esta gente, por lo que una ayudita por parte del Estado no vendría nada mal. Ya son varias las voces que se vienen sumando y aportando ideas de dónde podemos conseguir los fondos suficientes para enfrentar esta crisis. Con solo el 1% de esas riquezas se podrían comprar alrededor de 30 mil respiradores a empresas nacionales (como por ejemplo a la pyme Tecme de Córdoba), a razón de 20 mil dólares cada uno (Infobae, 18/3/2020). Con otro 1% se podrían sumar 5 millones de asignaciones extraordinarias, o asistencia a pymes para sostener los salarios. Y por ejemplo con muy poco más, se podría proveer de barbijos a todos los trabajadores que empiecen a volver a trabajar.

Para que en esta pulseada no seamos los trabajadores los que volvamos a cargar con el mayor de los costos, hace falta avanzar en tocar, al menos en parte, a las grades riquezas.  Para que esta vez sea ESTA VEZ, y les llegue “la hora de ganar menos”. Hagámoslos solidarios con un “Impuesto extraordinario a las riquezas”.