¡Organizar la contraofensiva popular!

• Los monopolios agroexportadores y de alimentos detonan los precios y desestabilizan a un gobierno desbordado por la inflación. • Macri y Milei reivindican a Menem y Cavallo para volver a las recetas de los 90’s que terminaron en la crisis de 2001. • El FMI adelanta su primer control para imponer condiciones que pueden precipitar una crisis política. • El bloque de senadores y senadoras del Frente de Todxs presentó el proyecto de ley para hacerles pagar a los que la fugaron.

Con remarcaciones que en algunos productos llegaron al 30% en un par de semanas, los monopolios agroexportadores y de alimentos están detonando los precios de la comida. La guerra y la destrucción están en Ucrania: acá lo que reina es la especulación y las superganancias de un puñado de monopolios y terratenientes que controlan el mercado local y ponen los precios.

El secretario de Comercio Feletti los denunció en conferencia de prensa y también polemizó al ministro Domínguez, afirmando que si el sector agroexportador es la “gallina de los huevos de oro”, los huevos se los están quedando en el gallinero. Pero la línea dominante en el gobierno es la que llevó Alberto Fernández a la reunión con la UIA y la CGT, la que no promueve “ni shock, ni control de precios”, sino una “hoja de ruta”. Y ya sabemos para que usarán esa “hoja de ruta” los monopolios de los alimentos.

La Ley de Abastecimiento vigente permite intervenir empresas ante la flagrante especulación como la que están llevando adelante esos monopolios de los alimentos. No es a lo que está apuntando hoy el gobierno; y por eso siguen remarcando y desgastándolo en su impotencia. Aplicar la Ley de Abastecimiento con éxito no se reduce a un acto administrativo, sino que exige un plan basado en la movilización popular. Luchamos para que se aplique esta Ley, se intervengan las empresas de los monopolios y puertos privados para ponerlos bajo control popular y desacoplar los precios internacionales de los que necesita el pueblo trabajador para garantizarse la comida.

Macri y Milei con el plan de los 90’s

Ante la espiral inflacionaria y desestabilizadora de los monopolios, Macri y Milei salieron a reivindicar a Menem y Cavallo y las políticas de los 90’s que desembocaron en la crisis del 2001. Milei promueve directamente la dolarización; y un legislador de la UCR presentó un proyecto de ley con un dólar a $400. Desde las filas del propio Cambiemos, Prat Gay dejó en evidencia que tal medida oculta un Plan Bonex, como el que usó Menem para confiscarle los ahorros a las capas medias, canjeándoselos por bonos para luego imponer la convertibilidad con Cavallo en 1991. También un período previo de hiperinflación que deje tierra arrasada. La interna dentro de Cambiemos, en el PRO y la UCR, se recalienta.

Se adelanta el FMI y viene por más

El FMI adelantó su primer control y viene con condiciones que pueden precipitar una crisis política. No pasó ni un mes y el FMI ya está reclamando “mejoras en la estructura del gasto, incluida la reducción de los subsidios energéticos costosos y no focalizados” y volvieron a cuestionar la “relativamente baja edad de jubilación”, caracterizando a nuestro sistema previsional como “una combinación de alta cobertura, generosos regímenes generales y especiales, y pensiones sin fondos” (ver página 4).

Alberto Fernández juró y perjuró que el acuerdo era sin ajuste para juntar los 76 votos del Frente de Todos en Diputados y los 20 en Senadores. Los 111 diputados y 32 senadores de Cambiemos exigieron votar solo la autorización a un nuevo empréstito, como si les fuera posible a ellos despegarse del FMI al que volvió a recurrir su gobierno hace 4 años incrustándonos una deuda por 44 mil millones de dólares, que además fugaron. Es necesario preparar la movilización popular para rechazar al FMI, sus metas y controles por esta deuda odiosa.

La crisis en el gobierno

La derrota electoral del Frente de Todos en las PASO, por ocho puntos ante Cambiemos, abrió una crisis en el gobierno que, aunque se recauchutó, nunca se cerró. Ya en el acto del 17 de octubre en la Plaza de Mayo, una parte de las fuerzas del Frente de Todxs se manifestaron contra el acuerdo con el FMI como ya se presentaba. En el acto del 10 de diciembre en Plaza de Mayo, se esbozaron diferencias entre Alberto Fernández y Cristina Kirchner, ante el acuerdo con el FMI que Guzmán negociaba como deuda regular ante el organismo, y no como lo que es: una deuda irregular por donde se la mire.

A principios de enero, cuando en la reunión con gobernadores quedó explicito que sería una refinanciación a 10 años, con 4% de interés y controles periódicos, la discusión dentro del gobierno se profundizó. Cuando apareció el “entendimiento”, Axel Kicillof y Alicia Kirchner se pronunciaron tibiamente a favor del acuerdo. Tres días después, la crisis se precipitó nuevamente con la renuncia de Máximo Kirchner a la presidencia del bloque y el contenido de su declaración.

Después estuvieron los viajes a Rusia y China en la que participó Kicillof acompañando a Alberto Fernández, donde la posición de esas potencias fue que arregláramos con el Fondo. Wado De Pedro incluso se declaró a favor por esos días. Mientras, CFK se mantenía en cerrado silencio público.

A la sostenida inflación de enero y febrero, que ya venía recargada sobre los alimentos, la invasión de Rusia a Ucrania disparó los precios internacionales y la voracidad monopólica sobre los bolsillos del pueblo trabajador. Esto, sumado a la perspectiva de una crisis energética local en paralelo y la imposición de recortar subsidios por parte del FMI, más allá de la autoexcitación releccionista del albertismo, presenta un panorama oscuro para un gobierno que además viene de perder las elecciones. CFK luego haría cuasi pública esta evaluación política, a través de algunos de sus voceros periodísticos.

Todo hacer pensar que, bajo estas circunstancias, CFK resolvió volcar su peso parlamentario hacia la postura de no respaldar el acuerdo mediante el voto negativo –acompañado de texto como el que tuvo La Cámpora y Oscar Parrilli– o la abstención de otros legisladores cristinistas. Más allá de los diputados de otras fuerzas del Frente de Todxs que ya habían adelantado su rechazo al acuerdo, la postura de CFK le quitó drásticamente respaldo al acuerdo desde una parte del peronismo, además del de su propio peso como dirigenta, vicepresidenta y presidenta del Senado.

Alberto Fernández y Sergio Massa recurrieron a un acuerdo con Cambiemos para poder aprobar la refinanciación con margen de votos. Encima se les agrandaron y les exigieron solo aprobar la parte del nuevo empréstito.

La particularidad de la definición final de CFK, tras prácticamente tres meses de silencio, es que la usina ideológica de la “responsabilidad de respaldar el acuerdo menos malo para evitar caernos al abismo del default y la hiperinflación”, más allá de la oposición y la movilización de algunas fuerzas como la nuestra, ganó terreno y llegó a ser mayoritaria a nivel de masas. Algunos inclusive así salieron a decir que la postura de CFK era parte de un plan desestabilizador al que nos prestábamos quienes nos oponíamos al acuerdo. La desestabilización al gobierno se la vienen haciendo los monopolios agroexportadores y de los alimentos, el macrismo de Cambiemos y Milei. Y además, lo principal de la desestabilización se adelanta ahora con el primer control del FMI. Por eso rechazamos este acuerdo, porque como se sabía, cada control del FMI y sus exigencias pondrán al país al filo de una crisis política y financiera.

La Ley del bloque de senadorxs del Frente de Todxs

El lunes 28 el bloque de senadores y senadoras del Frente de Todxs presentó un proyecto de ley para hacerles pagar un fuerte impuesto a los capitales que fugaron y siguen fugando divisas al exterior. Respaldamos este proyecto que apunta claramente contra los beneficiarios del fraude de Macri y el FMI, y que además quiebra el eje de la supuesta “responsabilidad institucional” de Cambiemos. La única responsabilidad de Cambiemos es la de haber ido a buscar al Fondo y embocarnos una deuda odiosa de 44.000 millones de dólares.

30.000 presentes en la Plaza.
Y el 2 de Abril no olvidamos

Tras dos años de pandemia, aun en curso, este 24 de Marzo volvimos a la Plaza junto a las Madres y Abuelas a decir presentes! ¡Son 30.000! ¡Vamos a enfrentar el ajuste del FMI, los monopolios y a esta deuda odiosa! Y vamos a seguir luchando para que los negacionistas del terrorismo de Estado como Macri y Milei no vuelvan.

Esta masiva movilización popular, junto a hechos como la derrota de Caló en la UOM, el paro ferroviario del 29 y el reagrupamiento de fuerzas que se va produciendo tras la crisis del gobierno por la votación del acuerdo con el FMI, empieza a mostrar la posibilidad unir nuevamente en la lucha y en las calles a las fuerzas populares para contragolpear el avance de la reacción que marcó la derrota electoral del año pasado.

Luchar contra los que motorizan la remarcación de los alimentos, por aumento de los salarios, jubilaciones y asignaciones carcomidos por la inflación, no es una opción, es una necesidad imperiosa de masas. Lo mismo que luchar para que paguen los que la fugaron y enfrentar las reformas y metas con las que viene el control del FMI y su deuda odiosa.
Este 2 de Abril se cumplen 40 años de la Guerra de Malvinas, en la que lucharon miles de combatientes argentinos, muchos ofrendando su vida para asestar duros golpes al imperialismo usurpador inglés, a sus tropas como a su flota desplegada desde 13 mil kilómetros de distancia. A ellos nuestro homenaje. Este 2 de Abril nos encontrará en las calles, porque no olvidamos!