¿“Privilegios” o derechos conquistados?

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Milei comenzó su primer discurso como presidente electo dirigiéndose a los “argentinos de bien”. Es decir: habría otra parte, los argentinos de “mal”, que estarían excluidos de su proyecto. ¿Quiénes serían?

Para Milei el problema sería el “Estado omnipresente que solo beneficia a algunos”. Y que “hay gente que se va a resistir” porque “quiere mantener este sistema de privilegios para algunos y que empobrece a la mayoría de los argentinos”. Y advierte que “en esta nueva Argentina no hay lugar para los violentos, no hay lugar para los que violan la ley para defender sus privilegios; vamos a ser implacables”.

Obviamente no se refiere ni al delito de contrabando, ni a quienes esconden su riqueza en paraísos fiscales. Los “privilegiados” serían los movimientos sociales, las y los trabajadores estatales y toda aquella persona que reciba alguna asistencia o sea cubierto por alguna de las funciones del Estado. Esto incluye la educación y salud pública y gratuita, las moratorias o los remedios gratuitos a jubiladxs, e incluso los subsidios a servicios públicos. O sea que esos “algunos” en realidad no seríamos tan pocos.

En el planteo de Milei no existe la palabra “derecho”. Para él serían todos “privilegios” otorgados “demagógicamente” y la justicia social sería una “aberración”. ¿Por qué un pobre puede estudiar gratis en la universidad pública mientras un rico paga su arancel en una privada? Según él, toda política redistributiva es en definitiva una “aberración” y sería la causa de nuestros males. Sigue la filosofía del clan Venegas Lynch, según la cual no se debe combatir la desigualdad porque es la base del capitalismo. Propone entonces volver a la Argentina “granero del mundo” del siglo 19, cuando los derechos sociales aún no existían. Y plantea que el Estado cumpla “a rajatablas con sus compromisos que ha tomado”… con el FMI y los fondos de inversión imperialista, claro.

Para Milei, los monopolios que imponen los precios de mercado no tienen ninguna responsabilidad en la inflación. Hasta los justifica. Los precios “están reprimidos”, expresó en estos días. ¿Quién puede estar más “privilegiado” que Techint para fijar el precio de la chapa industrial en base al monopolio que ejerce? ¿O que Arcor, Mastellone, Unilever, Coca Cola o Mondelez para el precio de nuestros alimentos?

Los Macri con SOCMA y Rocca con Techint fueron los que pasaron su deuda privada a la cuenta del Estado durante la dictadura y se quedaron con las empresas del Estado con Menem. Y Cavallo fue el funcionario que lo hizo. Los tres casualmente son cómplices de Milei. Ésa es la verdadera “casta” privilegiada que esquilma el bolsillo popular y traba el desarrollo nacional.

Los derechos conquistados que aún conserva el pueblo son un resultado de la lucha popular, que ha tenido cantidad de hitos a lo largo del último siglo: desde la primera huelga obrera en 1878, el levantamiento radical de 1905, la Semana Roja, el Grito de Alcorta, la Reforma Universitaria de 1918, el 17 de Octubre de 1945, el Cordobazo y el Argentinazo de 2001, entre otros. A Milei no le alcanzará con bravuconadas para barrer con esta historia de lucha.