René Salamanca, presente!

“En el país se ha ido creando una situación golpista, como en 1955. Eso obliga a definirse con claridad a todo el mundo. Y yo ya estoy definido: yo estoy contra todo golpe de estado, venga de donde venga.”
René Salamanca, diciembre de 1974.

En la madrugada del 24 de Marzo de 1976 era secuestrado y desaparecido Renée Rufino Salamanca. Faltaban pocos meses para que cumpliera 36 años. Por entonces era el secretario general electo del sindicato de los mecánicos (SMATA) de Córdoba, el más importante de la provincia.

Había nacido en Saturnino María Laspiurz, un pueblo campesino cercano a Las Varillas, en 1940. En la escuela industrial de San Francisco se recibe de tornero mecánico. Ya en la capital provincial, a los 17 años empieza a trabajar en pequeños talleres. Hacia 1963 Salamanca entra a trabajar en una pequeña empresa como tornero matricero. Es en este momento de su vida cuando se produce el encuentro con César Gody Álvarez, establecido en Córdoba para armar allí el Partido Comunista Revolucionario, flamante organización de esa avalancha militante que acababa de romper con el Partido Comunista.

Tras los primeros encuentros, Salamanca y una parte de la Felipe Vallese se afilian al PCR. Después vendrán el Cordobazo, la entrada de Salamanca a trabajar en la IKA-Renault, su elección como delegado de la sección matricería de Forja (la planta de Santa Isabel), el minucioso armado del Movimiento de Recuperación Sindical (MRS) que lo catapulta por primera vez a la secretaría general del sindicato.

Los hechos a nivel nacional e internacional se suceden vertiginosamente en esa década del ‘70. Al mismo tiempo, la fuerza nacida del entronque obrero de Renée y la estrategia que se da con el partido, le da la paciencia necesaria para ir construyendo un armado minucioso. Así gana en muy pocos años la dirección del SMATA Córdoba. Y se pone en práctica por primera vez, la democracia sindical en serio: la participación masiva, las asambleas permanentes para la toma de decisiones, la elección de delegados combativos en las secciones de las fábricas, los directivos que alternan su función sindical con el trabajo en la línea, las listas de reivindicaciones paritarias armadas por los propios obreros. El SMATA Córdoba se transformó en un ejemplo y una referencia fundamental para el movimiento obrero combativo en todo el país. Salamanca fue parte de la conducción de la CGT Córdoba junto a Atilio López, de la UTA y peronista, y Agustín Tosco, de Luz y Fuerza.

Tras la muerte de Perón, iniciada la ofensiva golpista, el SMATA Córdoba fue intervenido por la dirección nacional del jerarca traidor José Rodríguez y el Interventor de la provincia Raúl Lacabanne, y se dictó orden de captura para Salamanca y toda la Comisión Directiva marrón. Desde la clandestinidad, René llamó a enfrentar el golpe de Estado “venga de donde venga”, denunciando al imperialismo yanqui y al socialimperialismo ruso, y a los monopolios y terratenientes asociados a éstos. Y en sus cartas abiertas sostuvo sin ambigüedades que solo había dos caminos: “o se profundiza la dependencia del imperialismo, el poder de los monopolios y los terratenientes y la superexplotación popular, o se profundiza la liberación, la marcha revolucionaria del pueblo con los trabajadores a la cabeza”.

Salamanca fue secuestrado la misma madrugada del golpe, el 24 de Marzo de 1976. Tenía entonces dos hijos, un varón camino de la adolescencia y una nena pequeña. Ese mismo día, los trabajadores la fábrica más grande de IKA-Renault, Santa Isabel, la fábrica donde trabajaba René, realizaron una asamblea dentro de la planta, repudiaron el golpe de Estado e hicieron abandono de tareas. Así, mientras Salamanca era secuestrado y enfrentaba a sus torturadores y verdugos con el silencio, sus compañeros realizaban la primera medida de lucha obrera contra la dictadura, iniciando un camino de resistencia.