Tierra del Fuego: 55 días de lucha

Han pasado muchas cosas desde la anterior edición del Vamos!, que graficaba en ese número la extraordinaria movilización que acompañó la entrega de más de 21 mil firmas de la iniciativa popular que pide el funcionamiento de la Legislatura para tratar la revocatoria o no de las leyes de ajuste. Esto se desarrollaba en medio del paro y piquetes en diferentes puntos de la ciudad de Ushuaia. La movilización y las firmas fueron una muestra del rechazo manifiesto a las medidas de ajuste y el aislamiento del Ejecutivo.

La respuesta del gobierno fue dejar zona liberada en el piquete de la planta de YPF Orion para que grupos controlado por el Sindicato de Camioneros fuera a agredir y golpear a los estatales que permanecían allí, crear un “clima de caos”, con heridos de arma blanca o disparos de balas (como hubo) para que el Ejecutivo actuara garantizando la paz social haciendo extensivo el accionar hasta las carpas en Casa de Gobierno. Luego se sabría, además, que un grupo de provocadores buscaba en particular a Horacio Catena (SUTEF-CTA) para agredirlo.

Conociendo los actores dentro del gobierno, para los trabajadores y dirigentes que vivieron las jornadas históricas de Semana Santa de 1995 (con la represión en la planta de Continental Fueguina y el posterior asesinato de Víctor Choque) ahora se buscaba lo mismo; pero no pudieron desarmar el conflicto por ese lado. Y cando esto ocurre, el lado de los trabajadores se fortalece ya que quedó muy expuesta la gobernadora y su maniobra.

Esto llevó a un exhaustivo análisis del cuadro de situación por parte de los gremios en lucha en canto a que se había paso a ora etapa, donde se mostraba por un lado la impotencia del gobierno y, por otro, la impunidad y capacidad de hacer provocaciones, controlando el aparato represivo y de información que le da el Estado. Pero por sobre esto, no pudieron dividir la unidad gremial.

Nueva etapa

Haber sorteado semejante provocación –que sí cubrieron de manera deformada medios nacionales como Clarín– marcó el inicio de otra etapa donde, ya con el gobierno más aislado, la lucha se llevó al terreno del mayor debate entre los trabajadores para dar herramientas para fortalecer la lucha y se designó una representante de la unidad de gremios para que se traslade a Capital Federal en busca de poder esclarecer sobre el conflicto en la Cámara de Diputados y otros dirigentes sindicales y políticos. Los resultados fueron muy positivos, ya que lo que se recogió es la preocupación y el apoyo de diversos bloques a la lucha de los estatales.

La preocupación por la “paz social” y el diálogo se instaló como una preocupación que marca esta nueva etapa. Diferentes sectores opositores al gobierno apuraron la marcha para lograr el diálogo con el Ejecutivo. El espacio interreligioso de Ushuaia, de las iglesias Católica, Evangélica y Adventista, a través de un documento señaló la necesidad del diálogo principalmente al Ejecutivo, así como los gremios y el gobierno nacional. El obispo de la diócesis de Santa Cruz y Tierra del Fuego se reunió con los gremios y los intendentes a la espera de la reunión con la gobernadora que hasta ahora sigue cerrada al diálogo hasta con el intendente de Ushuaia (FpV – La Cámpora), a quién trató en un documento de “poco confiable”.

Esta nueva etapa también está marcada por el ataque a los docentes, nervio fundamental de la lucha, para que levanten el paro. A 55 días de paro, el acatamiento es de más del 50%, que es un resultado muy bueno y llena de preocupación al gobierno que busca quebrar el derecho de huelga. Así trató de instrumentar nuevas designaciones de “auxiliares” que fueron rechazadas por los docentes que ocuparon los lugares donde se los designaría. También le fracasó al gobierno el intento enfrentar a los docentes con los padres. Para eso armó los llamados “padres autoconvocados” que llevaron adelante una movilización donde concurrieron veintitrés “padres”, contados uno por uno. Esto mostró que si bien puede haber malestar de padres a 55 días de paro, éstos no están dispuestos a sumarse a un enfrentamiento con los docentes de sus hijos.

La asamblea general docente llevada adelante el jueves 21 colmó las instalaciones del quincho del SUTEF. Allí la conducción desarrolló el estado del conflicto y se debatió democráticamente donde se manifestaron las preocupaciones y el desgaste lógico después de tantos días de paro y presiones, pero también se volcaron los argumentos para mantener la lucha y hacer protagonistas a los docentes. El paro fue ratificado por unanimidad.
Al cierre de esta edición se conocía que la gobernadora no recibió al obispo, por lo que los gremios marchan a resolver, si no hay novedades el día martes a las 15hs, a endurecer el conflicto para que el Ministerio del Interior tome cartas en el asunto y haga algo con su aliada a cargo del ejecutivo, ya que se considera que el papel de la Iglesia como una última instancia provincial.

Seguir la lucha

Es evidente el aislamiento del gobierno provincial, con la mayoría de los gremios, con los intendentes (a los que les mantiene una deuda millonaria) y un gran malestar de la población por los impuestazos a los que son sometidos con aumentos del 1000% en algunos impuestos.

El ajuste es sostenido y apoyado por el gobierno nacional. Pero a esta altura debería intervenir en el conflicto, ya que a los 55 días debería darse cuenta que no se sale de la crisis, y tomar cartas en el asunto como una provincia que está a más de 3.000 kilómetros de la Capital Federal pero es parte de nuestro país y donde gobierna su hoy aliada Rosana Bertone.

La estrategia de los trabajadores es clara y sencilla, basada en la razón de sus reclamos y en el paro como eje fundamental de su lucha. No los han quebrado y así lo sintetizaba Horacio Catena, secretario general del SUTEF y CTA-A de Tierra del Fuego y miembro del CR-PMLM a los 50 días de lucha en la asamblea del acampe: “Acá estamos resistiendo, traemos el saludo de los compañeros de Río Grande, de Tolhuin que en condiciones mucho mas adversa que la que estamos nosotros, resisten, aguantan, luchan y pelean para recuperar cada uno de nuestros derechos (…). Quiero revalorizar el acampe a 50 días y en medio de todas las discusiones que tenemos y todas las diferencias que podemos tener, sostener esta unidad debe ser un compromiso de todos y cada uno de los que participamos en cada medida (…). Sabemos que en esta lucha no estamos solos, están nuestras familias, nuestros hijos, nuestros viejos… Toda la familia pasa por este sufrimiento, estas emociones, por estos sinsabores, por el destrato y por eso nos tenemos que juramentar seguir resistiendo, participando y seguir discutiendo y decir y reafirmar todo y cada uno de los días ‘ni un derecho menos’ hasta conquistar lo que nos sacaron. Y con todo lo que ese significa, tenemos que estar juntos, unidos y pensando que lo vamos a lograr porque lo que tratan de que no veamos la luz que está al final del camino, y solo lo colectivo, y lo que seamos capaces de pensar y lo que seamos capaces de discutir es lo que va hacer posible que ese camino se abra.”

Corresponsal