10D: Una fiesta popular

Una multitud copó la Plaza de Mayo y protagonizó con alegría y entusiasmo la asunción del gobierno de Todxs.

Desde el mediodía del 10 de diciembre, la Plaza de Mayo comenzó a llenarse con el pueblo que quería festejar este triunfo. Para cuando Alberto Fernández y CFK llegaron –luego de su jura en el Congreso– la Plaza ya era un torbellino. Macri ya se había ido, tras cuatro años de ajuste cínico, sufrimiento y resistencia. Asumía el gobierno de Todxs.

Alberto Fernández en auto a la Rosada.

El calor fue agobiante y el tumulto era sofocante. Pero nada impidió que la Plaza se llenara completamente, ahora sin las rejas que la dividían en dos; y que se desparramaran multitudes también por las diagonales y la Av. de Mayo, un poco para cubrirse del sol, un poco porque ya no entraban más. Los puestitos de choripán, bondiola, empanadas, hamburguesas, y lo que sea, cubrieron todos los ingresos. Aunque lo más solicitado fueron las bebidas, en todas sus formas, fría en lo posible: latitas, botellitas, marcianos o manguerazos.

Organizaciones, familias, grupos de amigos, jóvenes, jubilados, trabajadores, estudiantes… No sólo desde el gran Buenos Aires, sino que habían viajado también desde provincias de todo el país para estar este día. Entre las organizaciones estuvimos desde temprano las compañeras y compañeros del MP Liberación, el CR-Al Frente y la René Salamanca-AMBA. Primero frente al Congreso, para marchar luego hacia la Plaza, sosteniendo pancartas con los reclamos populares. La tarde reunió la mística peronista, la reivindicación de la wiphala como símbolo latinoamericanista y originario, banderas rojas de la izquierda y, sobre todo, los cantitos anti Macri.

Mientras dentro del Museo del Bicentenario el flamante presidente tomaba juramento a lxs ministrxs, afuera la Plaza era un festival popular lleno de banderas, gritos y cantos, que saltaba con la música de cerca de una veintena de artistas. “Cinco siglos resistiendo” entonado por Bruno Arias. Iván Noble con “Avanti morocha”. El ritmo bailantero de Sudor Marika y La Delio Valdés. Los clásicos de La Bersuit. “Un día perfecto” de Estelares. El tango con Adriana Varela. Hasta David Lebbón y Lito Nebia. Todxs cerramos el festival cantando e himno nacional, musicalizado por la Orquesta de Instrumentos Autóctonos. Luego Alberto y Cristina salieron al escenario, con discursos no muy largos y manteniendo el tono de denuncia contra el gobierno saliente. Y finalmente los fuegos artificiales.

Fue una jornada histórica. Donde nadie que se sienta pueblo debía estar ausente. Porque los trabajadores y el pueblo –y también su conciencia– avanzan en cada batalla que libran. Como este triunfo que es haber sacado a Macri del gobierno. Y sólo siendo parte de la lucha popular es posible acumular fuerzas revolucionarias y disputar la hegemonía. Porque sólo el pueblo es el protagonista de los grandes cambios sociales.

Saltando en la fuente de la Plaza.