Argentina, 1985

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La película dirigida por Santiago Mitre ya es la película nacional más vista del año y se acerca al millón de espectadores. Más allá de la convocante actuación de Ricardo Darín como el fiscal Julio Strassera y Peter Lanzani como el fiscal adjunto Luis Moreno Ocampo, la alta audiencia –aún cuando ya puede verse por Amazon Prime Video– es un síntoma de la memoria que el pueblo no deja de ejercer.

La película se ciñe y centra en el proceso judicial presentado desde la Fiscalía, a partir del 4 de octubre de 1984 cuando la Cámara Federal (tribunal civil) tomó la decisión de desplazar al tribunal militar que estaba enjuiciando a las tres primeras juntas, y pasa a hacerse cargo directamente de la causa. Y muestra un proceso judicial enmarcado en el clima político del momento y en la aguda disputa en primer lugar para impedir el juicio y amedrentar a los fiscales y testigos e, impedir la recolección de pruebas; y sobre el final limitar la cantidad de condenados y el alcance de sus penas.

La lucha popular que fue determinante para que en Argentina se llevara a juicio a las juntas genocidas –como no ha ocurrido en ningún otro país– figura relatada por los testigos. En particular, con el estremecedor testimonio de Adriana Calvo quien fuera salvajemente torturada y tuviera a su hija esposada en un vehículo. Aunque visualmente casi no hay imágenes que reflejen esas luchas en la pantalla.

El 9 de diciembre de 1985 fueron condenados cinco de los militares acusados y absueltos cuatro. Videla y Massera fueron condenados a reclusión perpetua con destitución. Viola, a 17 años de prisión. Lambruschini a 8 años de prisión. Y Agosti a 4 años y 6 meses de prisión. Todos con destitución. Graffigna, Galtieri, Lami Dozo y Anaya fueron absueltos. Argentina, 1985 es, aún con sus límites, un testimonio cinematográfico de un hecho histórico.