Brasil: los estudiantes contra la ley anti-educativa de Temer

Un impresionante movimiento de estudiantes secundarios y universitarios está en curso en todo Brasil. El movimiento se expresó en la ocupación masiva de colegios en la última semana de octubre, especialmente en Curitiba, capital del estado sureño de Paraná. Los estudiantes repudian las políticas antieducativas del gobierno golpista ultraliberal de Michel Temer y de los gobernadores estaduales, entre ellas el proyecto de reforma de la Enseñanza Media presentado por Temer en setiembre y que postula cambios en la currícula y en la carga horaria de las escuelas; la ley PEC 241 que congela el gasto público es decir la inversión del Estado en Educación, Salud y salarios estatales, y el modo completamente antidemocrático en que se impusieron, sin la menor consulta a estudiantes ni docentes.

Los estudiantes hablan de una «primavera secundaria». El movimiento de San Pablo se inició en realidad a principios de octubre, y en su momento de auge hubo unos 200 colegios tomados; allí el gobierno desalojó una escuela tomada usando la Tropa de Choque de la Policía Militar. Pero los universitarios se unieron a la lucha de los secundarios contra la «reorganización educativa» del gobernador del estado Geraldo Alckmin (PSDB), y lograron frenar la reforma.

La «reorganización» prevé el cierre de 92 colegios. “Ya enfrentamos muchas dificultades para llegar a la universidad y conseguir un buen trabajo. La reforma nos perjudica todavía más”, afirman los estudiantes.

En el estado de Paraná la ocupación de 850 de los 2.100 colegios estatales, además de 14 universidades, lleva ya un mes. Aquí, en abril del año pasado, el gobernador Beto Richa (PSDB) reprimió violentamente con la Policía Militar una protesta de profesores huelguistas, dejando más de 200 personas heridas.

En Minas Gerais, 38 colegios, en Alagoas 12 y en Espíritu Santo 5. En Goiás, los estudiantes ocuparon el rectorado de la Universidad Federal. En Bahía, los profesores y no docentes de las universidades estaduales paralizaron las actividades el martes 25.

El movimiento de las ocupaciones sucede en medio de las elecciones municipales, que en Brasil se realizan en los colegios, por lo que muchas votaciones debieron ser cambiadas de lugar. También podría afectar la realización del Examen Nacional de la Enseñanza Media (ENEM), la prueba del Ministerio de Educación para ingresar a la universidad que debería llevarse a cabo los días 5 y 6 de noviembre.

El gobierno de Temer trató de quebrar el movimiento dando plazo hasta el lunes 31/10 para poner fin a las ocupaciones y amenazando con la judicialización. Todos los colegios debían ser desocupados; de lo contrario se tomarían medidas legales con responsabilización judicial de los dirigentes e incluso de sus padres, y multas de 10.000 reales por cada día de incumplimiento.

Pero la carta principal del gobierno fue la utlización, con fines de amedrentamiento, de militantes del Movimiento Brasil Libre (MBL), grupos de matones de los partidos PSDB de Beto Richa y PMDB de Michel Temer, que ya habían sido protagonistas de las movilizaciones durante el juicio político golpista que destituyó a Dilma y que ahora intentaron expulsar violentamente a los estudiantes en colegios en Curitiba.