El presidente francés Macròn expresó que “no hay que excluir” la posibilidad de enviar tropas occidentales al territorio ucraniano. La respuesta no se hizo esperar y el secretario de prensa presidencial ruso, Dmitry Peskov, advirtió que en el caso de la utilización de tropas de la OTAN en Ucrania “no debemos hablar de la probabilidad, sino de la inevitabilidad” de un conflicto, a la vez que trascendió que esto incluiría ya la utilización de armas nucleares. Finalmente, Macròn aclaró que no planea enviar tropas “en un futuro próximo”, pero el asunto quedó agendado para ser analizado.
Los cruces se producen luego de que la invasión rusa tomara control de la ciudad de Avdiivka. A la vez, la prensa rusa filtró una conversación entre militares alemanes en la que hablan de la posibilidad de atacar el puente de Crimea con misiles de crucero alemanes Taurus. Rusia también reclamó a Alemania explicaciones sobre el contenido de los audios filtrados.
Mientras tanto, la aviación rusa interceptó un avión espía y dos aviones cazas franceses sobre el Mar Negro. Ocurrió el pasado martes 5 y, al día siguiente, interceptaron además un avión espía y dos cazas británicos. Si bien las aguas del Mar Negro son neutrales, estos hechos evidencian la creciente tensión bélica que ya no incluye sólo a Rusia y Ucrania, sino al resto de países europeos de la OTAN.
En paralelo, el conflicto de Israel y Palestina se ha extendido al Mar Rojo. Allí, los ataques hutíes de Yemen, en apoyo a Palestina, ya han logrado hundir un carguero británico con sus ataques en una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. A pesar de las denuncias de genocidio, los pedidos de La Haya y hasta las gestiones del gobierno demócrata estadounidense, Israel no sólo ha matado ya 30 mil palestinos con su asedio a la Franja de Gaza, sino que planea invadir Rafah, a sur de la Franja. Y recientemente ha masacrado a más de un centenar de palestinos cuando una multitud buscaba alimentos, tal como se vio en videos publicados.
Debate en EEUU
Toda esta maraña de conflictos sin solución pasó a ser uno de los debates de la elección presidencial en Estados Unidos. Trump, que aspira a recuperar la presidencia a fin de año, ha señalado ha señalado en la Conferencia de Acción Política Conservadora que “así como vamos, perdemos la 3º Guerra Mundial”. Trump impulsa la paz en Ucrania para apuntar directamente contra el principal contrincante de Estados Unidos, que es China y no Rusia.
El impulso del actual presidente Biden al conflicto en Ucrania tenía como objetivo empantanar a Rusia, principal aliado de China. Pero lo que aparentemente está ocurriendo es que Rusia logra sostener la guerra y hasta avanza en el territorio; y China observa atentamente sin pagar los costos de una guerra. Estados Unidos, por un lado, sostiene financiera y militarmente a Ucrania junto con la OTAN y, por el otro, apoyar militarmente a Israel y al gobierno separatista de Taiwán, con el despliegue de cinco portaaviones en el Pacífico.
Cuestión de imperialismos
La disputa entre Estados Unidos y China, o entre los países de la OTAN y Rusia, no son luchas populares contra la reacción. Son parte de las disputas entre imperialismos que sacrifican a los pueblos. Concientes del carácter de las guerras que promueven Estados Unidos y la OTAN, es posible aprovechar estos conflictos para nuestra liberación nacional y social. La Argentina, como país dependiente, no gana acoplándose a la estrategia de Estados Unidos ni a la de China. La posición justa es el no alineamiento.
