¿Cómo parar la inflación?

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De las múltiples causas que impulsan la inflación, actualmente se destacan la peligrosamente baja cantidad de reservas en el Banco Central, el abuso descontrolado de los monopolios remarcadores de precios y las tasas exorbitantes de las Leliq’s. Sintetizamos algunas propuestas para decirle basta a la inflación.

Las reservas

La sequía agravó un problema que ya tenía nuestra economía: la falta de reservas de divisas internacionales en el Banco Central. Si no hay dólares (ni otras divisas), no se puede importar y el dólar paralelo amenaza con dispararse (¡aún más!). Ya vimos las consecuencias de una devaluación del 20% en los precios. Si las reservas se agotaran definitivamente, la devaluación de hecho puede superar el 100% y el proceso inflacionario replicaría la hiperinflación de 1989. Éste es el grave problema que Massa viene conteniendo dificultosamente desde que asumió como ministro.

La causa de fondo de la baja cantidad de reservas es, básicamente, la “fuga de divisas”: una expresión genérica que engloba todos los mecanismos por los cuales los monopolios extranjeros sacan del país sus ganancias obtenidas a partir del trabajo de los argentinos, a lo que debe sumarse el pago de intereses usurarios de deuda externa. A esto se agrega la política de terratenientes y algunas grandes empresas locales de enviar su acumulación de riqueza a cuentas extranjeras, especialmente en paraísos fiscales. Las diversas formas de fuga incluyen la remisión de utilidades, la compra de dólares Contado con Liqui (CCL), otras formas de cuestionable legalidad como el pago de deudas en dólares a precio oficial para encubrir el envío de ganancias al exterior, y formas abiertamente delictivas como el contrabando, la subfacturación de exportaciones y la sobrefacturación de importaciones.

A la salida de la pandemia, Argentina tuvo récord de exportaciones. Sin embargo, esto no evitó que estemos en este momento en uno de los momentos más críticos en cuando a escasez de reservas. En definitiva, alrededor del control (o descontrol) estatal del comercio exterior y las finanzas internacionales se juega una parte fundamental de la puja de intereses entre estos sectores dominantes y el pueblo, que lo terminamos sufriendo en la inflación. No habrá solución sin avanzar en un férreo control y administración estatal. Por eso proponemos: control estatal de divisas, comercio exterior, hidrovía Paraná y puertos.

Las Leliq’s

A medida que se fue acentuando la llamada “restricción externa” (falta de dólares), ha ido creciendo de forma sostenida el volumen de las Leliq’s: bonos emitidos por el Banco Central (BCRA) que quedan en manos de los bancos, con los cuales a su vez ofrecen plazos fijos a sus clientes. Hoy la tasa efectiva anual del BCRA es del ¡209%! Esto es incluso superior a la actual inflación anual que está en el 124%.

Es decir, por cada $100 en Leliq’s, al cabo de un año el banco recibiría $309. Contabilizando una inflación anual del 124%, el banco ganaría $85 equivalentes a un 28% del total. Desde ya, parte de esa tasa va a los plazos fijos particulares o de empresas. Pero, aún así, es una enorme transferencia de recursos a los bancos, que también paga el pueblo en forma de inflación.

Hoy, el volumen de Leliq’s alcanza ya los 16,5 billones de pesos, aproximadamente el triple que la base monetaria actual, evidenciando lo frágil de la situación ecoómica.

Proponemos: Congelamiento de las Leliq’s y nacionalización de los depósitos para proteger a los pequeños ahorristas y pymes. Que paguen los bancos, los monopolios fugadores y los especuladores.

Abajo el acuerdo con el FMI

Para sumar problemas a los que ya tenemos, el FMI condiciona sus envíos a que se siga devaluando el peso argentino. También ha impuesto que se aumenten las tasas de las Leliq’s al momento de la firma del acuerdo en la salida de la pandemia (previamente, las tasas habían ido bajando paulatinamente). Porque el problema del FMI no es sólo cobrar sus intereses usurarios de deudas, sino también que puedan sacar sus ganancias los monopolios imperialistas que representa. Por eso el acuerdo con el FMI es inflacionario y lo rechazamos.

Control de precios

Así como el mercado del trabajo está regulado en gran medida por las paritarias, el mercado de alimentos necesita de un control de precios más contundente. Hoy no existe el clásico libre mercado en que podría imaginarse precios acordes al valor de los alimentos.

Por el contrario, los monopolios hacen abuso de su posición dominante y sus aumentos no tienen que ver con sus costos sino con esquilmar lo más posible nuestros bolsillos.

Evidentemente, los “buenos modales” no vienen funcionando. Deben intervenirse las empresas monopólicas que no cumplan con el abastecimiento y los precios fijados. Junto con esto, se hace imperiosa la creación e impulso de una empresa estatal federal de alimentos, que pueda condicionar al mercado del mismo modo que YPF logra hacerlo con los combustibles.

Sobre la base de estas medidas es posible una verdadera recomposición salarial y lograr un Salario Mínimo Vital y Móvil por encima de la línea de pobreza.