Comunicado CR-Córdoba: Pasaron las elecciones, llega fin de año y la situación se recalienta

La política económica social implementada por los gobiernos de Cristina Kirchner y de De la Sota, después de recibir un duro golpe en las elecciones del 27 de octubre, detonaron los estremecedores acontecimientos que se produjeron el 3 de diciembre en nuestra provincia. En las elecciones fueron castigados por la inflación, la depreciación de los salarios, el deterioro en la salud y la educación pública, despidos y suspensiones en las fábricas, la instalación de Monsanto, etc. La mugre de la narco-policía agudizó la situación de las masas, la misma policía que recoge el repudio de amplios sectores de nuestro pueblo por la aplicación del Código de Faltas, utilizado como herramienta de represión para detener a cientos de jóvenes en las barriadas de Córdoba por “portación de rostro”.

Los cambios en el gobierno con la designación de nuevos ministros son la expresión de una nueva etapa signada por la dura derrota política expresada en las elecciones. Con los cambios se profundiza el ajuste, el aumento en los impuestos y tarifas, la represión y la judicialización de la protesta social.

El martes 3, convocada por la Multisectorial contra la instalación de Monsanto y por la aprobación de la ley de Emergencia Ambiental en la provincia, se movilizaban por las calles miles de cordobeses. Simultáneamente se acuartelaba la policía y se producían los primeros saqueos en grandes supermercados, ubicados en zonas periféricas de la ciudad. Apareció en escena la crisis de conducción y legitimidad que generó el narco escándalo en la policía, empujados también por los bajos salarios y el protagonismos de las esposas. Y lo más importante es que apareció en escena la verdadera Córdoba, con una situación social explosiva en cada uno de los barrios que detonaron en el 2001, a los que se le agregaron otras grandes barriadas. La realidad mostró que la inflación carcome cada vez los salarios, que la Asignación Universal por Hijo ya no alcanza para nada y que existen miles de pibes que no trabajan ni estudian, criminalizados por la aplicación del Códigos de Faltas y que estallaron en forma espontánea.

Fue una jornada que conmovió a todos. Está claro que se agudizó la disputa por arriba; pero las clases dominantes, preocupadas por recuperar el “orden social”, cedieron ante los pedidos de aumento de salario de la policía. Necesitan de esa “mano de obra” dispuesta a reprimir la protesta social, consecuencia del plan de ajuste que llevan adelante.

Desde el pueblo surgió el efecto “contagio” y los trabajadores del Estado han salido a la lucha por la equiparación salarial con $10.000 como básico, con cortes de calles y piquetes, hospitales tomados, el sistema judicial parado, los maestros reclamando. Este es el camino que se abre: con los trabajadores y el movimiento obrero terciando en la disputa por arriba, impulsando reaperturas de la paritarias, bono para fin de año, para prohibir despidos y suspensiones, y contra la criminilización de la protesta.

Hay que ayudar para que el movimiento obrero encabece un poderoso y amplio reagrupamiento de fuerzas para terciar frente a esta situación. Porque, lejos de haber solución, con cambios de caras se oscurece y se trata de ocultar las responsabilidades de gobernantes y funcionarios. Y en la policía los responsables se corren de foco con un simple cambio para dar entrada a otros “nuevos” de la “segunda fila”, que asumen sin exigir explicaciones sobre las responsabilidades de los desplazados. Asistimos a un recambio en el que en 72 horas los “malos de ayer” son desplazados por los “buenos de hoy”.

Llamamos a las agrupaciones y organizaciones obreras, a sus delegados y cuerpos de delegados, a las organizaciones gremiales, sociales y políticas a ser convocantes de un reagrupamiento de fuerzas para abordar y enfrentar esta compleja y grave situación actual.