Del fracaso económico al ajustazo 2019

Presupuesto presentado por el gobierno

El gobierno envió al Parlamento el proyecto de Presupuesto Nacional para el 2019. Tras el fracaso de su plan económico, ahora arremeten con eje en el “déficit cero” y propone recortes en todas las áreas del gasto público, castigando los bolsillos del pueblo y ahondando la crisis económica y social. Lo único que crece en la propuesta de Cambiemos es el pago de intereses de la deuda externa. Son las condiciones del nuevo acuerdo que negocia con el FMI.

Según las explicaciones del gobierno vertidas en el proyecto de ley, modifican sus metas de déficit fiscal primario de -2,2% a 0% para 2019; y a un superávit de 1% para 2020. Esto implica una gigantesca reducción acumulada entre 2018 a 2020 de 4,9 % del PBI que equivale a 25 mil millones de dólares (1.000.000 de millones de pesos al cambio actual).

¿Cómo pretenden lograr semejante recorte? Según pasan en limpio en el texto que enviaron al Parlamento:

1. Reducción en el monto de subsidios transporte y energía por 0,7% del PBI. Provocando nuevos tarifazos.

2. Reducción de 0,5% del PBI en los gastos de capital (inversión pública), con mayor efecto recesivo sobre la economía.

3. Reducción de 0,3% del PBI en las transferencias corrientes a las provincias.

4. Congelamiento de ingresos de personal y reducción real del gasto en los bienes y servicios del Estado. Provocando despidos y rebaja salarial y caída de prestaciones.

5. Ingreso de capital por 0,4% del PBI proveniente del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Desfinanciando a futuro el sistema previsional.

6. Ingresos por 1,1% del PBI adicionales a lo recaudado 2018 por derechos de exportaciones de entre 4$ y 3$ por cada dólar exportado.

Otro punto con el que buscan reducir el déficit es el aumento del impuesto al salario vía modificación de sus deducciones (viáticos, reintegros de gastos…). Además, al no actualizar el mínimo no imponible con la inflación, ya pasaron a pagar este impuesto de 1 millón de trabajadores a 2 millones.

Admiten dentro del informe una caída de la actividad económica de 2,4% y del consumo privado de 3,4% para este 2018. Y prevén que seguirán cayendo también en 2019 (0,5% y 1,6% respectivamente). Estiman una inflación que iría bajando de un 42% a fines de 2018 a un 23% llegando a diciembre del próximo año, con un dólar a $40,5. Poco puede creerse en las previsiones económicas vertidas en el Presupuesto considerando que para el 2018 las modificaron tan sólo 48 horas de haberlas aprobado. Entonces, si aun con mentira incluida admiten más recesión y caída de la economía, significa que la perspectiva es aún peor.

Los gastos totales que prevén para 2019 serían 3.721.261 millones de pesos: caerían 7,7% en términos reales considerando la inflación de 2018. En términos reales, contra una inflación de 45% entre la aprobación del Presupuesto 2018 y la potencial sanción del Presupuesto 2019, impulsan recortes que van desde 7,2% en Seguridad Social a un 36% en Subsidio a la energía y transporte.

Y como la otra cara de la moneda, los gastos en pago de intereses de la Deuda Pública crecen 2,62% por encima de la inflación. Según admite el proyecto, para diciembre de 2018 el stock de deuda pública será de 315.698 millones de dólares. Medida en porcentaje del PBI implica un incremento de 30% (pasando del 57% al 87% del PBI); mientras que para la “deuda neta” proyectan un aumento de 23% (del 29% al 52%), lo que explican por el efecto de la devaluación sobre la deuda en dólares.

Para el macrismo, la debacle de la economía argentina se debe al “resultado de una serie de shocks externos e internos” y enumeran: una intensa sequía, la suba de tasas de interés en EEUU con salida de capitales y apreciación del dólar a nivel global, la causa de los “cuadernos”, la disputa comercial entre Estados Unidos y China, la crisis de Turquía, y la incertidumbre política de Brasil. Argumentos para esconder el fracaso de su política económica que impulsó la apertura indiscriminada de importaciones, la desregulación financiera con una bicicleta a tasas altísimas, y el megaendeudamiento externo; y profundizó la crisis del sector externo con déficit comercial y de cuenta corriente, la recesión, la inflación, la desocupación y la pobreza.