Educación sexual para decidir

La Educación Sexual Integral es un derecho de todas las personas. Tiene que ver con promover el conocimiento del cuerpo y promover actitudes responsables y respetuosas en cuanto a la sexualidad y la no discriminación. También pone en cuestión los estereotipos de género y los mandatos sociales. En nuestro país está regulada desde el 2006 por medio de la Ley N°26.150.

Sin embargo, desde la sanción de esta ley hasta la actualidad, la implementación en las escuelas ha sido escasa, a voluntad de cada escuela. Durante el debate sobre el aborto, todas las posiciones reafirmaban la importancia de la misma y reclamaban al Estado la falta de implementación y de presupuesto. Sin embargo, no todos los sectores están de acuerdo con lo que debe ser esa Educación Sexual y el eje ideológico de esa discusión es el concepto de sexualidad y el modelo de familia.

Ahora, ante la media sanción en la Cámara de Diputados de las modificaciones a esa ley que plantean la obligatoriedad de la aplicación y le quita la posibilidad a que cada escuela pueda aplicarla de acuerdo a su “ideario institucional”, se ha desatado una campaña en contra de parte de la Iglesia Católica y sectores evangelistas: los mismos que se oponían a la legalización del aborto, ahora se oponen a la ESI.

Pero estudiantes y docentes ya se han puesto al hombro la lucha por la ESI y por presupuesto para su implementación. Lo que exige enfrentar el ajuste de macrista. Porque sin presupuesto no hay ESI ni educación pública.