¡Es ley!

Con 38 votos a favor y 29 en contra, el Senado sancionó la Ley de Interrupción voluntaria del Embarazo. Un paso histórico.

Finalmente es ley. Un día histórico no sólo porque se haya convertido en una jornada memorable, sino especialmente por el nuevo horizonte que abre. Hay quienes se empacaron en defender un pasado injusto y cruel. Pero las multitudes de pibas que nos volvimos a expresar en las calles mostramos futuro. Y hubiéramos sido muchas más de no ser por la pandemia. El derecho al aborto es un triunfo del movimiento de mujeres y los feminismos; es un avance para el conjunto del pueblo. 

Con la aprobación en el Senado se abrió una nueva etapa. Desde ya que la batalla sigue para que esta ley se cumpla. Pero además, abre una nueva situación en este álgido debate que hizo eclosión con fuerza en la ola verde de 2018 y que atraviesa al pueblo mismo. El debate seguirá con los objetores de conciencia en el sistema de salud, en las universidades que forman nuestros profesionales de la salud, en las escuelas que deben garantizar la educación sexual integral y en las propias familias.

Fue clave que esta vez tuviéramos un gobierno que impulsó activamente la legalización del derecho a la interrupción del embarazo. El gobierno de Todxs abordó este debate desde un enfoque global, haciendo hincapié en la cuestión de la salud pública y en el derecho a acompañar a las mujeres y personas gestantes en sus decisiones y proyectos de vida. Por eso también impulsó la Ley de los Mil Días. Pero ante todo fue posible por la fuerza de la organización de las mujeres, particularmente por nuestros 34 Encuentros y por la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito conformada en 2005. Y tenemos también nuestro Ni Una Menos desde 2015. En estos años hubo quienes pretendieron utilizar nuestros reclamos. Pero, incapaces de comprender la perspectiva histórica de nuestra lucha, han quedado rezagados en un triste pasado.

Esperamos que, dentro de no tanto tiempo, deje de ser necesario explicar por qué elegir o no si parir y criar un hijx es un derecho de las mujeres y personas gestantes; y que ese derecho debe ser respetado. Ahora se logró el reconocimiento legal pero va a seguir la batalla social y cultural alrededor de esta cuestión. Porque la humanidad lleva miles de años de opresión hacia las mujeres y de clases explotadas. No por casualidad el primer país en legalizar el derecho al aborto fue la Rusia socialista en 1920, hace ya un siglo. También en aquel momento el principal objetivo buscado fue terminar con los abortos clandestinos para resolver un problema de salud pública. Es una lucha histórica, junto al derecho al voto femenino –que nos reconoció como actoras políticas–, el derecho al divorcio –que nos dio reconocimiento civil– y podemos mencionar también a la Ley de Salud Sexual y Reproductiva, la ley de Educación Sexual Integral, el Matrimonio Igualitario o la Ley de Identidad de Género.

En la oleada feminista internacional que está en curso, Argentina ha tomado particular notoriedad desde el 2015. Ahora, la Argentina ha saldado una gran cuenta consigo misma. Y este logro seguramente tendrá especial repercusión en el resto de América Latina, donde en varios países ya se ha tomado al pañuelo verde como emblema. Porque nuestro continente se mueve con dinámica propia. Y es un claro golpe a la reacción conservadora con gran sesgo religioso ortodoxo que habla de “ideología de género” y promueve el movimiento “con mis hijos no te metas”, con tanto peso en países como Brasil. Pero la historia no se detiene.

Desde el CR y Liberación Popular en el Frente de Todxs articulamos activamente con la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. En estas dos vigilias fuimos parte de las organizaciones del Frente de Todxs, encolumnadas sobre callao entre Rivadavia y Corrientes y encabezadas por el bloque sindical. Con gazebos, carpas, todo el agite y la mística propia de la marea verde, nos movilizamos teniendo en cuenta y cuidándonos por los riesgos en un contexto de pandemia. La coordinación de este frente en relación a los temas de mujeres, géneros y diversidades viene siendo desde el Encuentro de 2019 una gran experiencia de construcción política, que se seguirá profundizando para seguir construyendo programa y conquistando derechos.

“La pelea que dimos es por la vida, por la dignidad humana, por la salud, por la justicia social y por los derechos humanos”, dice la Campaña en su comunicado luego del enorme y gran triunfo. Nos sumamos a estas palabras y seguiremos acompañando la lucha por “Educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”.