El programa de Milei y los demonios del 2001

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Milei presentó oficialmente ante la Justicia su Plataforma Electoral Nacional 2023. El contenido es más o menos lo que ya conocemos aunque agrega algunas nefastas precisiones. Ratifica la dolarización, que analizamos brevemente en nuestra edición anterior, y la eliminación del Banco Central. Puntualiza algunos aspectos del ajuste brutal, bautizado “Plan Motosierra” por Milei, y que incluye las jubilaciones, la educación y la salud pública. Plena apertura de importaciones, nuevas privatizaciones…

En esencia, no es nada novedoso: sería una versión más a fondo de lo que ya sufrimos en los 90’s con las políticas llevadas a cabo por los gobiernos de Menem (1989-1999) y la Alianza (1999-2001), y cuyas consecuencias económicas derivaron en la catástrofe social del 2001. Ante ese previsible agravamiento de la situación social que implicaría su política, Milei nos convida con su “moral” liberal que impulsa la venta de órganos. Para que un pobre tenga la “libertad” de vender su riñón a un rico, si es que no quiere ejercer su “libertad” de pasar hambre.

Punto por punto

Reafirma la dolarización y la “liquidación” del Banco Central, lo cual sería ir un paso más allá de la Convertibilidad 1 a 1 que logró implementar Domingo Cavallo como ministro de Menem en 1991 y estalló en 2001 cuando era ministro de la Alianza. En nuestra edición anterior analizamos brevemente por qué mienten descaradamente cuando afirman que podría implementarse la dolarización sin que haya pérdida de poder adquisitivo.

Propone la “apertura unilateral al comercio internacional”, acompañada por una reforma financiera para una “banca libre y desregulada”. Esto en verdad implica sólo la apertura plena de las importaciones, porque la tendencia mundial actual es por el contrario hacia medidas proteccionistas. De modo que esta propuesta no sólo destruiría la industria local, sino también implicaría una balanza comercial negativa que haría aún más insostenible el “plan”.

Explicita su propuesta de “recortar el gasto de las jubilaciones y pensiones” y una reforma jubilatoria para volver al sistema de capitalización privado. Esto es complementario con la venta del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de las jubilaciones que propuso Milei para pasar a la dolarización.

Implementar un “sistema de vouchers” en lo educativo. Además de implicar un caos educativo y un agravamiento de la desigualdad de oportunidades educativas, es la forma de hacer pasar en educación el “fuerte recorte del gasto público” que impulsa.

En salud propone “descentralizar las derivaciones hospitalarias, arancelar todas las prestaciones de salud y autogestionar el servicio de salud en trabajos compartidos con la salud privada”. La privatización de la salud va acompañada de “la creación de un seguro universal de salud que cubra los costos, cuidados preventivos, procedimientos de urgencia proporcional a la capacidad de pago del receptor del servicio”. Es decir: la salud deja de ser un derecho, aunque siempre está la posibilidad de vender un pulmón para pagar un tratamiento de cáncer (que hoy son gratuitos en la salud pública).

Privatización de las empresas públicas deficitarias, lo cual no necesariamente implica que deje de haber subsidios a las empresas privadas de servicios públicos.

Reforma laboral que elimine la indemnización de los despidos sin causa. Reducción de los aportes patronales. Eliminación “progresiva de los planes sociales”.
Eliminación de la coparticipación federal, agravando las diferencias regionales.

Derogación del derecho al aborto. Eliminación de la Educación Sexual Integral. Plantean defender “al niño desde su concepción”, pero no le ofrecen herramientas ante el abuso en la infancia y, si una niña queda embarazada producto de una violación, la obligarían a parir.

Facilitarían la portación de armas y unificarían el sistema militar de Defensa Nacional y la Seguridad interior. Esto difícilmente resuelva el problema de la inseguridad, pero sí sería una forma efectiva de reprimir las protestas sectoriales y sociales contra el brutal ajuste preanunciado. No por nada la Alianza Libertad Avanza incluye entre sus partidos a Fuerza Republicana de Tucumán, fundada por el genocida Domingo Bussi y hoy presidida por su hijo.