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El gobierno de Guillermo Lasso sufrió un durísimo revés en las elecciones del pasado domingo 5 de febrero. Por un lado, obtuvo un rotundo NO en las ocho preguntas del referéndum que había convocado. Por el otro, el Movimiento Revolución Ciudadana –referenciada con el expresidente Rafael Correa– ganó en nueve provincias y en las alcaldías de Quito y Guayaquil.
La elección se dio en un tenso clima de violencia, al punto que dos candidatos fueron asesinados durante la campaña. Omar Menéndez, que se había postulado por Revolución Ciudadana para la alcaldía de Puerto López, y Julio César Farachio, postulado en el municipio de Salinas.
El resultado en Guayaquil significa un golpe al derechista partido Social Cristiano, que había estado 31 años en esa administración. El oficialismo no ganó ninguna prefectura provincial.
El referéndum consultaba sobre la extradición de ecuatoriano vinculados al crimen organizado, la reducción de la cantidad de integrantes de la Asamblea legislativa, establecer un mínimo de afiliados para los movimientos políticos, entre otros puntos. El rechazo completo expresó el total rechazo popular al gobierno, que logró expresar principalmente el correísmo. Ahora, la debilidad política de Lasso es tal que ya empezaron a circular las propuestas de adelantamiento de las elecciones presidenciales.