Hay objetivos

La confrontación con la reacción política, empresarial y mediática sigue una curva de imposible aplanamiento. El gobierno y el Frente de Todos se reordenaron tras los debates por el 9 de Julio, Vicentín y la dilatación del impuesto a las fortunas. Reconociendo la correlación de fuerzas con la reacción y la heterogeneidad interna, se avanza en una serie de medidas populares y de gran importancia política. La heterogeneidad imprescindible del frente popular que se organiza en el Frente de Todxs muestra la necesidad y posibilidad del crecimiento de fuerzas como el Comunismo Revolucionario y Liberación Popular. Se desarrolla el avance de la pandemia y vamos hacia un pico aplanado por la cuarentena administrada que mantiene gran apoyo popular porque apunta a garantizar la atención de todos los enfermos.

El lanzamiento de la reforma judicial mostró un gobierno a la ofensiva.

El gobierno volvió a ratificar la cuarentena administrada y los acuerdos con los gobiernos provinciales para llevarla adelante en todo el país con el objetivo de atravesar la pandemia fortaleciendo la salud pública y garantizando la atención a todos los enfermos. Esta es una gran derrota para la reacción anti cuarentena, ya que el apoyo popular a la medida sigue siendo muy amplio. Hay que seguir previniendo frente al relajamiento que se genera con el paso de los meses y por el propio logro de la cuarentena con la baja letalidad que se va logrando.

La pandemia impone un momento político particular. Mientras dure, la salud pública se vuelve principal dentro de los distintos aspectos en la dinámica de la sociedad. La cuarentena y todas medidas para sostenerla exigen acuerdos políticos que son necesarios para poder llevarlas adelante y derrotar a las fuerzas reaccionarias que las resisten. Por lo pronto esto ha dividido a Cambiemos.

El espionaje macrista destapado sobre propios y ajenos ha profundizado la “grieta” dentro de Cambiemos. Los extraños viajes de Macri podrían tener explicación en la tormenta judicial que se le viene encima, sobre todo porque ya no cuenta con los jueces amigos que trasladó hacia juzgados federales claves. Graciela Camaño puso el voto que faltaba en la Magistratura para mandarlos de regreso, que se designen nuevos provisorios y se seleccionen los definitivos. Se lanzó el proyecto de reforma del Poder Judicial y se designó la comisión que en 90 días emitirá criterios. El argumento de Clarín, La Nación e Infobae de que la reforma tiene linealmente el objetivo de darle impunidad a CFK en sus juicios no se verifica ya que la reforma judicial no modificará los jueces que llevan adelante esos juicios.

Al momento de cerrar esta nota, tras tires y aflojes con BlackRock y los bonistas, se habla de un posible acuerdo en la quita y moratoria de la deuda externa privada. Con una quita de intereses de casi la mitad y el reconocimiento del capital, es una salida que no libra al país de la usura, sino que esencialmente huye hacia adelante evitando el estrangulamiento económico de un default inmediato, el contragolpe reaccionario que probablemente eso desataría y una probable devaluación de todos los activos que favorecerían su extranjerización, como terminó ocurriendo en muchos casos tras la crisis del 2001. Si lo logra, para el gobierno será un punto a favor frente al default y el colapso financiero que generaron Macri y Cambiemos. Desde el punto de vista popular, negociar desde el eje de la “insostenibilidad” es justo en términos estrictamente tácticos, relativo a  la situación concreta. No es para festejar como un triunfo sobre la usura internacional. Despeja del estrangulamiento financiero que dejó Cambiemos, para avanzar en el plan de reactivación pos pandemia.

El traspié con la expropiación de Vicentín dejó dos cosas en claro: no se puede subestimar a la reacción y su peso en la estructura estatal más en general (jueces, gobiernos provinciales, parlamento, FFAA, etc). Tampoco sobreestimar el carácter del arco necesariamente heterogéneo que conforma al Frente de Todos, donde aparentemente no estaban todos los votos para la expropiación. Fracasado ya el tercer intento de quitar a los Vicentín de la dirección, la empresa –vaciada y en concurso de acreedores– marcha a una quiebra, que el gobierno y otros damnificados apuntaran a probar fraudulenta. Se desata entonces una batería de iniciativas penales pero de resultado no inmediato. El objetivo de constituir una empresa estatal para intervenir en el mercado de granos y regularlo, pasó a tener directamente a YPF Agro como centro.

El 9 de Julio, tras el traspié inicial con Vicentín y a días de haber endurecido la cuarentena, Alberto Fernández organizó un acto federal con la presencia en Olivos del “Grupo de los 6”: UIA, SRA, CAC, CACS, ABAy CAMARCO. También estuvo la CGT. Dejó afuera de la foto a los recalcitrantes de AEA. Pero también varios de este lado: a las CTA, organizaciones de pymes, de pequeños y medianos campesinos, de las cooperativas y del movimiento de la economía popular. Cristina twitteó una nota periodística que ubicaba el antagonismo con Clarín y Roca de Techint como objetivo y que gravitó sobre el error de lo convocado al palco oficial del 9 de Julio. El presidente reconoció públicamente el error de dejar afuera a la CTA-T de Hugo Yaski, de las pymes y de la UTEP no solo en el reportaje a Página/12 del domingo 19 de julio, sino también participando del Plenario de la CTA-T, luego con las pymes y el 26 de julio con el Movimiento Evita.

El que –según se dice– posteriormente atrajo el enojo presidencial fue Héctor Daer con la reunión virtual de algunos miembros Consejo Directivo por la CGT y AEA. Daer parece que dijo que fue arrastrado por los otros, antes que quedar aislado. Entre los otros estaban Andrés Rodríguez (estatales de UPCN) y Gerardo Martínez (construcción en UOCRA), firmantes de un documento que reclama rebaja impositiva para las empresas privadas y un rol central para ellas en la economía, orientar la capacidad productiva a exportar, “insertarse en el mundo” arreglando con BlackRock y demás. Es evidente que estos dos no están pensando en los trabajadores estatales ni en los trabajadores de la construcción, que la obra pública motorizará tras la pandemia.

Por último, sobre el tan postergado impuesto a las grandes fortunas, Alberto Fernández anunció también en el reportaje a Página/12 que irá al Parlamento una vez aprobada la moratoria impositiva y la ampliación de poderes al Jefe de Gabinete. Un tiro para el lado de la Justicia y necesario para solventar las arcas estatales de la cuarentena. Se aprobó en el Senado la ley que reglamentará el teletrabajo, sin ceder en los artículos que planteaban los empresarios. Y se ha lanzado el Plan Nacional de Acción contra las Violencias por Motivos de Género.

Ante la insistencia de una parte de las organizaciones empresariales y sus voceros mediáticos como Clarín, La Nación e Infobae, exigiendo que el gobierno debe presentar “un plan”, el presidente ha remarcado que tiene “objetivos”. Es que cuando la reacción habla de “planes”, habla en primer lugar de metas de déficit fiscal y gasto público. Todo lo contrario a lo que fue y es necesario para financiar la cuarentena desde el Estado con los ATP, IFE, créditos y subsidios. Y lo contrario de lo implicará un plan pos pandemia para reactivar la economía de cara a regenerar puestos de trabajo y consumo popular, donde la obra pública será clave. La gravedad de la situación en los sectores más pobres es muy grave. Un momento crítico será cuando se termine el decreto que viene prohibiendo los despidos, aunque muchos ya fueron “negociados” bajo la forma de renuncias. El apoyo y acompañamiento de la cuarentena frente a la pandemia no debe confundirse con la gravísima situación y la falta de perspectiva que generó la parálisis de la construcción, del trabajo doméstico, la gastronomía, de los vendedores callejeros, ferias y demás rebusques por ejemplo en el Gran Buenos Aires y todo el AMBA. El número de inscriptos al IFE lo dejó claro: hay que marchar a un programa de asistencia universal ante la magnitud que trae la crisis.

La contradicción principal y el Frente de Todos

Hay objetivos para sostener la ofensiva contra la reacción que potenció el triunfo del Frente de Todos. Se equivocan los que ven  el tropezón de Vicentín como quiebre y caída. También los que ingenuamente subestimaron al enemigo y pensaron que solo con un triunfo electoral y un gobierno popular alcanzaba. El capitalismo no se va a humanizar: eso es utópico. Y el plan de “alianza estratégica con China” tampoco es sinónimo de desarrollo nacional de cara al mercado interno. La propuesta para producir cerdos mediante la instalación local de una empresa de esa potencia, o la priorización en la construcción de una central nuclear de 7.900 millones de dólares que funcione con uranio enriquecido importado, en vez de una con tecnología nacional, lo están poniendo de relieve.

Las ilusiones de una  lluvia de inversiones como anunció Macri eran falsas. Y no es que Macri no le abriera la puesta a todos, incluido los chinos como se vio en la reunión del G20 en Bs As. Lo de la central nuclear y las represas con ellos lo prosiguió él también. Lo que el mundo imperialista “espera de Argentina” no pasa de soja, maíz, litio, (petróleo ahora no) y a lo sumo chanchos hechos por sus propios compradores. Y que paguemos las deudas con cada uno a tiempo, en la moneda o contraprestación correspondiente.

¿Hay que aprovechar las contradicciones entre las potencias? De acuerdo: V. Lenin, Mao Tse-tung y Ho Chi Min hicieron escuela de esto y somos sus discípulos. Eso se plasma en la táctica determinada por la contradicción principal política en cada período y momento. Así y solo así se acumulan fuerzas revolucionarias que llegado el momento permitan cambiar de fondo la base económica en detrimento de la propiedad de los monopolios y terratenientes sobre los medios de producción. Esto ya lo entendimos, y los cuatro años de Macri fueron realmente didácticos.

Ahora la contradicción principal partiendo de los intereses de las grandes masas populares gira en primer lugar en seguir haciéndole frente a la pandemia con la cuarentena administrada y su financiación mediante un impuesto a las grandes fortunas hacia una reforma del sistema tributario. Y la moratoria impositiva que desahogue a pymes y comercios. La batalla está en hacerle frente a los planes de AEA y todos los demás que no pongan como centro el desarrollo nacional de cara al mercado interno y las necesidades populares. Esta es la pelea alrededor del plan pos pandemia que se prepara específicamente desde el Ministerio de Producción. La línea del secretario de energía Lanciani no parece ir completamente en esa dirección; y es una pulseada que habrá que ver que desenlace tiene.

También apareció el reclamo de los intendentes del sur del conourbano bonaerense pidiendo sacarle la concesión a Edesur ante los apagones a los que somete a esos distritos, agravando también la inseguridad. Pusieron el dedo en la llaga. No hay desarrollo nacional posible con el esquema privatizado de la energía vigente desde que el menemismo lo privatizó. Las intervenciones durante los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, si bien permitieron bajas tarifas, no aseguraron las obras de inversión como sí las ganancias de las empresas privadas controlantes. El resultado: problemas de abastecimiento, cortes, etc.

Detrás del paso de la euforia a la depresión y viceversa, por la que transitan diariamente algunos sectores, militantes y seguidores de buenas intenciones dentro del Frente de Todos, está la ilusión de que con la derrota electoral de Macri y un gobierno popular y un poco de movilización alcanzaba para encaminar todo. Tenemos que abordar este debate, lo que exige, partiendo de la lucha política presente, poner a foco desde una perspectiva revolucionaria, los límites del reformismo y del movimientismo reivindicativo. Porque tampoco se puede (ni se debe) girar únicamente a si salen mañana tres o cuatro leyes, o determinadas cuestiones sectoriales, que habrá que ver como entran en todo el proceso de la lucha política y sus prioridades.

Hay que politizar y politizarnos en este proceso. Lo  venimos haciendo muchas fuerzas y agrupamientos con programas de avanzada, que confluimos en el Frente de Todos. Así hemos dado un salto en la conformación y desarrollo del Comunismo Revolucionario, de Al Frente como su órgano de prensa y de una fuerza de frente único junto a muchos compañeras y compañeros de Liberación Popular. Hemos avanzado en acuerdos y relaciones con muchas fuerzas políticas, del movimiento sindical, en la UTEP, en el movimiento estudiantil, de mujeres y diversidad.

La cuarentena y el aislamiento social dificultan, pero no impiden que estemos desarrollando la colecta financiera anual del CR,  que este año llevamos adelante conjuntamente con la de Liberación Popular de manera de poder financiar todos los objetivos que nos trazamos apelando al apoyo de compañeras y compañeros de todos los sectores, fuerzas aliadas, amigas y amigos.