La mentira del voucher educativo

Una de las enormes movilizaciones estudiantiles en Chile por el derecho a la educación.

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En Argentina, hoy estudiar es un derecho, establecido como tal desde la Constitución de 1853 hasta el artículo 6º de nuestra Constitución actual. La educación pública y gratuita ha sido considerada en nuestro país tan esencial como la Justicia, la Seguridad o la Defensa, que por eso no son “servicios” sino funciones públicas. Es un derecho social defendido por el pueblo con hitos históricos como la Reforma de 1918 o la Carpa Blanca de 1997-1999 contra el menemismo. Esto no quiere decir que no haya problemas en la educación pública. Pero hoy, este derecho vuelve a estar en peligro con la posibilidad de que Milei gane la presidencia y con su propuesta de pasar al sistema de voucher estilo Chile.

La propuesta de implementar el sistema de voucher consiste en que el Estado, en lugar de garantizar el adecuado funcionamiento de escuelas, colegios y universidades, tan sólo pase a entregar dinero en forma de vouchers a las familias para que con eso paguen los aranceles educativos. Estos aranceles pasarían a ser exigidos no sólo en las instituciones privadas, sino también en la instituciones que hoy son públicas. Esto implica que la educación deje de ser un derecho social y pase a ser una mercancía, que es en lo que Milei pretende convertir a todo (incluso la compra-venta de órganos). Milei eliminaría el Ministerio de Educación, porque también los contenidos académicos serían determinados por el mercado.

Según Milei, el Estado destinaría la misma cantidad de presupuesto que la que hoy destina y de este modo cualquier familia podría elegir “libremente” a qué colegio mandaría a sus hijos. Pero, en verdad, con este traspaso el Estado dejaría de considerar a la educación como una función pública y pasaría a desentenderse del costo real de la educación en todos sus niveles. En concreto, la educación hoy pública pasaría a ser un servicio arancelado (porque las instituciones educativas públicas ya no recibirían presupuesto); y aumentarían los aranceles en las privadas (porque ya no recibían ningún subsidio).

Para peor, dado que el objetivo general de Milei es lograr el déficit cero con motosierra, el copago educativo sería cada vez mayor y la educación cada vez más inalcanzable para el pueblo. Es una mentira hacer creer que una familia podría utilizar el monto establecido por un voucher para cubrir el arancel de cualquier escuela privada, porque estos aranceles serían cada vez más inalcanzables. Los resultados en Chile verifican que, con este sistema, se ha agravado la desigualdad educativa, porque su calidad termina dependiendo de cuánto más de copago puedan pagar las familias.

La propuesta de vouchers ni siquiera es pedagógica. Tal es así que uno de sus principales promotores ha sido un famoso economista neoliberal, Milton Friedman (1912-2006), cuyas propuestas privatistas han tenido enorme repercusión en la nefasta década de los 90’s. Es falso que con el sistema de vouchers se garantice mejor nivel educativo. De hecho, en nuestro país se comprueba en general que el nivel educativo de las universidades públicas es superior al de las privadas.