Por la apertura de paritarias

A mediados de marzo debería haber reiniciado la discusión paritaria en el gremio bancario. Estamos llegando a fines de marzo y el Ministerio y las patronales aún no han dado fecha para retomar las discusiones salariales y por condiciones de trabajo que deberían haberse cerrado a fines de diciembre. Pero, como todos los años, el Sindicato tiró para adelante, retrasando la recuperación salarial de todos los trabajadores bancarios, en busca de un abultado retroactivo que disimule los acuerdos a la baja a los que nos tiene acostumbrados.

Este año, a diferencia de los anteriores, comienza con conflictividad. En el gremio bancario han habido despidos: 7 en el banco provincia, 13 trabajadores de línea en el BCRA (mezclados éstos con otros desplazamientos políticos de la administración Vanoli) y pesa sobre el gremio la decisión del Banco City de cerrar la banca minorista en América Latina poniendo en riesgo alrededor de 2000 empleados en Argentina. Hay que tener en cuenta que en el Central venían con una lista de 200 despidos y los trabajadores le salimos al cruce.

El sector empresarial bancario es uno de los que más ha ganado en los últimos tiempos y no deja de serlo. En el 2015 las ganancias del sistema financiero fueron superiores a los 60 mil millones de pesos. Ganancias que hoy se ven potenciadas con las transferencias de ganancias vía devaluación que incrementa sus activos en pesos, el aumento de las tasas que ofrece el BCRA para los bonos adquiridos en su mayoría por los bancos (85% del total), la liberalización de las comisiones, etc.

Al mismo tiempo la inflación interanual del 35% más la proyección para nada favorable en 2016 con 8,4% solo en enero y febrero, pone por delante la necesidad de profundizar la discusión entre los trabajadores. Sobre todo teniendo en cuenta que las expectativas de amplios sectores sobre un posible cambio con mayores alcances en el impuesto a las “ganancias” quedaron frustrados luego de la decisión del gobierno de Macri de modificar moderadamente los mínimos no imponibles: dejando sin efecto el decreto distorsivo del 2013 pero sin resolver la situación de los sueldos más bajos alcanzados por el impuesto, y dejando sin modificación a la tabla de las alícuotas. De esta manera hoy pasan a tributar alrededor de 20 mil trabajadores bancarios más y los que ya tributaban rápidamente se ubican en la máxima alícuota (35%).

Es necesario que el Sindicato cambie y ponga por delante la necesidad de desatar una discusión democrática entre los trabajadores. Por un lado porque los trabajadores, mirado de conjunto, van a avanzar en sus posiciones frente a este nuevo gobierno a partir de confrontar concretamente su situación, particularmente frente a la inflación, “ganancias” que pasamos a pagar todos y los despidos. El acampe de la Bancaria en la puerta del Central no suma trabajadores porque presenta una pelea por arriba, al no distinguir entre los cargos políticos que nombró Vanolli y los trabajadores despedidos y no pone a foco el problema salarial ni de “ganancias”.

En el Central venimos con asambleas por sector, preparando la asamblea de todo el banco. Hay que salir de la dilatación que se está haciendo y bajar la pelota al conjunto de los compañeros.
Corresponsal