“Se busca quebrar y humillar a la comunidad”

Entrevistamos a Moira Millán, referente mapuche, tras los abusivos allanamientos a las comunidades, la movilización al juzgado y la quema de viviendas por encapuchados.

El allanamiento de las comunidades mapuches de Vuelta del Río y del Lof en Resistencia Cushamen, realizado con 400 efectivos el lunes 18, intentó ser mostrado por los medios amigos del gobierno como parte de la búsqueda de Santiago Maldonado. Difícil saber y difundir qué pasa realmente en estos lugares tan alejados de los centros urbanos, donde los terratenientes –en este caso Benetton– y las fuerzas armadas a su servicio imponen su dominio con abusos, torturas e incluso la muerte. Entrevistamos entonces a Moira Millán, referente mapuche que se hizo presente inmediatamente para acompañar a la comunidad de Vuelta del Río tras los abusos del juez Otranto y las fuerzas de “Seguridad”.

Al día siguiente de ese operativo, donde había sido detenida Elizabeth Loncopan, la comunidad se hizo presente en el juzgado de Esquel. Allí permaneció pacíficamente esperando ser recibida por el juez Otrando para que dé explicaciones sobre el operativo y para pedirle su renuncia en la causa (que se negó aunque finalmente fue apartado). Horas después, hubo más represalias con la quema total de una de las viviendas de aquel lugar. Porque la nación mapuche sigue resistiendo. Y les duele.

–¿Por qué afirman que los allanamientos en las comunidades fueron para intimidar y no para buscar a Santiago Maldonado?

–El allanamiento fue en realidad un atropello a los derechos de la gente. Se hizo en horas de la madrugada cuando todavía estaba de noche. Llegaron en helicópteros, armados con armas de guerra, vestidos como militares. Saltaban de los helicópteros y aterrizaban cerca del patio de la casa de la gente. Sacaban a la gente de las camas. Los han golpeado. Los han torturado. Entraban a las casas a las patadas. Rompían las cosas y decían “¿dónde está Santiago?”, buscando bajo las camas y riéndose. Se burlaron todo el tiempo de la gente. Estuvieron tiradas boca abajo, esposados con precintos desde las 6 de la mañana hasta casi las dos de la tarde. Eso son mecanismos de tortura y humillación. La gente desabrigada, porque a esa hora al salir de las camas no les dieron tiempo ni de abrigarse, y las temperaturas son bajísimas. Realmente lo que se buscaba era quebrar y humillar a la comunidad de Vuelta del Río, que es lindante de Benetton y lindantes del Lof en Resistencia Cushamen.

–¿Qué les pareció las explicaciones que dio Otranto cuando fueron al juzgado de Esquel?

–Fueron patéticas. Simplemente dijo que había recibido una llamada que planteaba la sospecha que la comunidad de Vuelta del Río podía estar implicada en la desaparición de Santiago Maldonado. Cuando le preguntamos de dónde había sacado esa sospecha, quién era la persona que había hecho la denuncia, dijo que no podía decirnos y que él estaba obligado a investigar y que él se limitó a obrar y a actuar según las normas existentes. Si hubo abusos, dijo que los iba a investigar. Realmente terrible. Planteó también que quedaba la comunidad fuera de toda sospecha pero quedan ciento y pico de comunidades mapuches que estarían bajo sospecha. Le preguntamos que si oyese un llamado que dijera que Benetton lo tiene a Santiago Maldonado, lo investigaría y se manejaría de la misma manera.

–¿Cómo le argumentaron que debía salir de la causa?

–Uno a uno de los hermanos y hermanas fueron dando testimonio de las torturas, vejámenes y el dolor que les provocó la orden que él impartió; y al terminar con cada uno de los testimonios concluían diciendo “usted tiene que renunciar”. Le explicamos que desde la cosmovisión mapuche, la concepción de justicia es reparar el círculo de armonía que fue quebrantado. Y que entendíamos que la única manera de repararlo era con su renuncia.

–¿Quién quemó las casas?

–La casa de Marcelo Calfupan fue quemada por cuatro individuos encapuchados a caballo, que bajaron desde un cerro desde donde la comunidad denuncia que están apostados militares. Y que reciben suministros cada tanto en helicópteros de las fuerzas de seguridad del Estado, que bajan a ese cerro que es parte del territorio mapuche y aparentemente les deja suministros a estos vándalos uniformados que son los autores materiales. La casa fue consumida enteramente por las llamas. No quedó nada. Y ahora estamos haciendo una campaña para ayudar a levantar su casa y darle todo lo que necesita porque no quedó nada. De hecho Marcelo con su esposa durmieron en el centro comunitario estos días. Y sus niños en la casa de la suegra de él.

–¿Cómo ves la propuesta de prórroga de la Ley 26.160 que será tratada en el Congreso?

–Lo que nos están diciendo es que la prórroga que ofrece el gobierno es de 3 a 6 meses, con lo cual sólo sería un pañito de agua fría para que ellos pasen holgadamente las elecciones. No hay interés real de querer realmente resolver el problema y dar la prórroga hasta tanto se cumpla con los términos de la ley que es el relevamiento total de las comunidades y el proceso de regularización de la tenencia de la tierra. Así que nos preocupa muchísimo lo que está pasando.