8M | Un paro feminista y popular

¡Basta de  femicidios! Salarios por encima de la inflación. Reforma judicial feminista. Cupo de inclusión laboral travesti trans. Ley integral de cuidados. Cumplimento efectivo de la IVE. Éstos fueron algunos de los reclamos en este 8M Día Internacional de las Mujeres Trabajadoras.  

Este 8 de Marzo nos encontró transitando aún la pandemia por el Covid-19. Nos movilizamos pero buscando mantener las medidas de cuidado y distanciamiento. Hacia las 17hs nos concentamos frente al Congreso Nacional, donde se leyó un documento de consenso. Por la mañana, también estuvimos junto a otras organizaciones política, sociales y gremiales frente a la Legislatura porteña para exigir al gobierno de la CABA la implementación de políticas públicas con perspectiva de género.

El femicidio de Úrsula volvió a poner en la escena política la profunda complejidad de la violencia de género. Los femicidios no cesan, nos siguen matando y seguimos perdiendo a una compañera por día. Este hecho volvió a mostrar las grandes falencias del aparato judicial y el gran retraso, o en muchos casos directamente la complicidad, de las fuerzas de seguridad. Por eso decimos: reforma judicial feminista ya! A su vez sabemos que la violencia de género es un problema estructural y social, que no se soluciona únicamente desde el aspecto jurídico. Es imprescindible avanzar en todos los aspectos que hacen a su raíz: el cultural, el económico, el político, etc. Los tipos y modalidades de la violencia de género tienen múltiples expresiones y la lucha por su eliminación requiere de cambios profundos.

Es un gran desafío y una gran necesidad la reactivación de la economía. Luego de 4 años de macrismo y uno de pandemia es necesario profundizar en los pilares de la matriz productiva para encausar una salida popular a años de destrucción. Uno de los aspectos necesarios para que esto pase es que los salarios le ganen a la inflación. Las mujeres seguimos engrosando las filas de los salarios más bajos: enfermeras, trabajadoras de casas particulares, docentes, trabajadoras de la economía popular. Paramos para que ninguna trabajadora esté debajo de la línea de pobreza y seguimos diciendo: ¡todas en todos lados!

El año pasado se firmó el decreto 721/2020 que establece que en el ámbito del sector público nacional los cargos de personal deben ser ocupados en una proporción «no inferior al uno por ciento», por personas travestis, transexuales y transgénero que «reúnan las condiciones de idoneidad necesarias y en cualquiera de las modalidades de contratación vigentes». Desde el Ministerio de Mujeres, Genéros y Diversidad comenzaron un registro para empadronar. Pero ya tenemos el proyecto de Ley de Promoción del Acceso al Empleo Formal para Personas Travestis, Transexuales y Transgénero “Diana Sacayán – Lohana Berkins” y aún no se votó en el Congreso. Los travesticidios y los transfemicidios tampoco cesan y las expectativas de vida de esta población es de 36 años. Por eso exigimos que se trate y se vote la ley de insersión laboral travesti trans.

Por otro lado, en el Congreso se está discutiendo una ley integral de cuidados, que contribuya desde el Estado a hacerse cargo de ciertos trabajos llamados domésticos que sabemos recaen centralmente en las mujeres. «Eso que llaman amor es trabajo no pago», decimos. Y es hora de poner esto en discusión, no solo desde el punto de vista cultural sino también desde el económico.

Seguimos luchando contra todo tipo de violencia y discriminacion por identidad de genero y orientación sexual. Exigimos la absolución para Higui y Marian.

Venimos de una gran conquista, que es la ley de interrupción voluntaria del embarazo. Seguimos luchando por su plena implementación y por la libertad de todas las presas por causas de eventos obstétricos y abortos. En el país hoy al menos unas 1531 mujeres están privadas de su libertad sin un justo proceso.

Compartimos el documento unitario leído, el cual también ha firmado Liberación Popular. El mismo expresa la lucha de las mujeres y las diversidades, aunque en su redacción predominaron posiciones regulacionistas de la prostitución. Lamentablemente este debate aún no ha sido saldado. Es como mínimo ingenuo creer que la regulación de la prostitución será la vía para seguir conquistando derechos. Porque sería a costa de imponer y validar el sistema prostituyente que violenta a miles de compañeras. La prostitución también es consecuencia de cuestiones estructurales, la pobreza, la violencia de género, etc. No edulcoramos esta problemática y por eso decimos que la prostitución no es trabajo, y que prostitución y trata son dos caras de una misma moneda. Desde el feminismo popular nos debemos este debate para seguir avanzando en unidad y en derechos fundamentales.

Mujeres, lesbianas, travestis, trans, bisexuales y todas las feminidades: sigamos construyendo un feminismo popular para la liberación!