Aprender 2016: Evaluar estudiantes y culpar al docente

El Sindicato Unificado de los Trabajadores de la Educación Fueguina (SUTEF) emitió un documento al respecto de las polémicas evaluaciones APRENDER que plantea realizar el Estado nacional el próximo martes 18 de octubre en todos los establecimientos de educación primaria y secundaria del país. Los cursos evaluados serán solo los de último año de cada nivel educativo (6º para la primaria y 5º o 6º para la secundaria según corresponda). Según la página oficial del sitio www.educ.ar, APRENDER se propone “relevar información oportuna y de calidad sobre los logros alcanzados y los desafíos pendientes del sistema educativo. Los resultados permitirán brindar orientaciones que contribuyan a la mejora continua de los aprendizajes y a una mayor equidad, y planificar políticas que optimicen la calidad educativa”.

En el texto SUTEF pone en cuestión estos objetivos y dice que, al menos, son inciertos ya que se pregunta si: “¿Alguien, docente o no, puede pensar seriamente que en una evaluación de unos cuantos minutos en sólo estas dos disciplinasse puede dar respuesta al interrogante del párrafo anterior?” El sindicato cree que “se puede interpretar fácilmente esta implementación de viejas prácticas (…) como un nuevo embate contra el sistema educativo vigente y particularmente contra la escuela pública. De hecho, son la herramienta fundamental que los gobiernos neoliberales han usado y siguen usando para justificar el desmantelamiento de los sistemas educativos públicos.” Basa esta evaluación en dos aspectos concretos: el estrictamente pedagógico y las implicancias sociales.

Pedagógicamente hablando: “Aprender 2016 va a contramano de todo lo que el conocimiento y la experiencia profesional nos señala como aprendizaje significativo, y de todo lo que el sistema educativo establece como necesario para la construcción de saberes. En este operativo estandarizado, diseñado por empresas externas al sistema y aplicado por personas que no sólo no participaron de ese diseño sino que no han estado nunca en contacto con los niños/jóvenes que serán evaluados, se soslayan de manera llamativa las características propias de cada región, de cada ciudad o población, de cada escuela y de cada salón sometido a esa prueba.” Los docentes fueguinos concluyen en que no resultará “extravagante entonces pensar que la tendencia que marcarán los resultados de la evaluación será menos favorable en las escuelas públicas de sectores vulnerables que en las escuelas de gestión privada.”

El segundo aspecto que analiza el documento son las implicancias en lo social, en lo político y en los derechos de los trabajadores de la educación. SUTEF sostiene que sin dudas “el modelo a seguir es el que se implementó en Chile desde la dictadura de Pinochet y que se viene aplicando hasta la actualidad. Una creciente industria de la escolaridad privada en manos de empresarios que, obviamente, tienen puesta la mirada en la renta que esas empresas generen pero que además le dan a la formación de los estudiantes una impronta economicista y competitiva donde los valores como la solidaridad, la participación de los ciudadanos en la vida de la comunidad, la inclusión, la creatividad a favor del bien común, el desarrollo del espíritu crítico no tienen lugar”. Luego SUTEF hace un raconto histórico sobre lo sucedido en países como EEUU, México, Colombia, Brasil y el citado Chile y dichas experiencias muestran que los avances sobre los sistemas educativos siempre comienzan de la misma manera, es decir, con una evaluación estándar generalizada. Y que los resultados pocos satisfactorios que necesariamente van a salir de la evaluación darán pie a que se avance sobre los docentes a los que se responsabilizará principalmente sobre el mal desempeño de sus estudiantes.