El pasado 9 de marzo se realizó en Francia una jornada de paros y movilizaciones contra la reforma laboral que está impulsando el gobierno de François Hollande, convocada por numerosos sindicatos y organizaciones estudiantiles. A esto se sumó el paro de trenes y del transporte público en el área metropolitana de París. Se realizaron importantes movilizaciones en las principales ciudades del país, con un importante protagonismo de los estudiantes universitarios y trabajadores jóvenes.
Fue la primera huelga contra la reforma laboral flexibilizadora presentada por la ministra de Trabajo Myriam El Khomri. En la misma se plantea el aumento de la jornada laboral, reducción de las indemnizaciones, perdida delos convenios colectivos de trabajo y su reemplazo por convenios por empresa, y la posibilidad de que las empresas despidan o suspendan trabajadores si justifican mediante Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) sus “pérdidas”, entre otras medidas flexibilizadoras. La desocupación en Francia supera el 10% y entre los jóvenes esa cifra se duplica. En este contexto, el gobierno pretende hacer pasar esta reforma para que los trabajadores y el pueblo paguen la crisis. Sin embargo, algunas encuestas afirman que el 70% de la población rechaza esta medida. El pueblo francés se pone nuevamente de pie para enfrentar esta reforma antiobrera.